A nadie le gusta Sachsenring. Existiendo en este país tan rico en todo circuitos como Nurburgring o Hockenheim, por qué venir a este recóndito paraje de la antigua RDA. Dicen que porque aquí hay más afición que en ningún otro rincón de la poderosa Alemania. Lo veremos hoy. No les gusta, en efecto, pero todos aspiran hoy a la victoria en el Gran Premio de Alemania, justo la carrera que rompe el ecuador del Mundial. Unos, como Stoner (Ducati, MotoGP) y Jorge Lorenzo (Aprilia, 250cc), porque quieren escaparse. Otros, como Rossi (Yamaha), porque quieren mantener viva hasta el final (Valencia, 4 de noviembre) la posibilidad de dar alcance al australiano volador. Algunos, como Pedrosa, que ayer se quedó a solamente cuatro milésimas de segundo, porque desea poner fin a todo un año sin triunfos.