Kevin Lee Pritchard vivía en La Mejostilla, una urbanización que, apelando a la brusquedad dialéctica de Alfonso Guerra, "no la conoce ni la madre que la parió". Ha cambiado mucho Cáceres en todo este tiempo, en efecto. Como ciudad ha evolucionado mucho, pero en deporte, ha ido como los cangrejos, para atrás. En un mes se cumplirán 15 años de aquel ascenso a la mejor liga del mundo de baloncesto, NBA al margen. Por aquí seguimos siendo nostálgicos, y me hago eco del sentir de muchos. Se empezó entonces a disfrutar de un grandioso espectáculo, en el que el norteamericano, ahora sin flequillo y canas, era un auténtico ídolo. Ya ven, con reportajes como el que incluimos en este suplemento (páginas 14-15) nos tenemos que relamer en el pasado para olvidarnos del presente y no pensar en el oscuro futuro. Aquel año hubo, además, otros tres ascensos, con el fútbol, el fútbol sala y el voleibol de protagonistas, estos dos últimos también a la élite. ¡Qué tiempos!