CACERES 2016: David Mediano (7), Jeff Xavier (10), Lucio Angulo (12), Ryan Humphrey (12), Jelani McCoy (17) --cinco inicial-- José Angel Antelo (0), Juan Sanguino (2), Francis Sánchez (10), Chema Gómez (0), Pablo Movilla (5).

SPORT LISBOA E BENFICA: Cordell Henry (6), Gregory Jenkins (10), Francisco Jordao (9), Ben Reed (4), Heshimu Evans (6) --cinco inicial-- Antonio Tavares (10), Rodrigo Mascarenha (7), Miguel Minhava (4), Elvis Evora (12), Ekjersey Viana (0).

ARBITROS: Martín y Muriel.

MARCADOR POR CUARTOS: 21-8, 30-28, 52-46, 75-68.

El Cáceres 2016 se quedó su trofeo tras vencer al Benfica, campeón portugués, por 75-68. El equipo de Gustavo Aranzana ofreció ráfagas de buen juego, las mismas que debe multiplicar para ser competitivo en el arranque de la LEB Oro, de aquí a seis días en Lleida.

En una tibia noche baloncestística, abundó más lo bueno --el resultado frente a un rival con jugadores de calidad, la agresividad en el primer y último cuartos-- que lo malo, que aún hay tiempo para ir trabajando. El juego se va pareciendo a lo que quiere Aranzana, aunque todavía queda mucha aceite que suministrarle a la máquina.

Las mejores sensaciones llegaron en el arranque, cuando en un abrir y cerrar de ojos el Cáceres pareció tener resuelto el choque. Al igual que el día anterior en Plasencia, el Benfica salió muy frío y los locales no tuvieron piedad. 21-8 era la contundente consecuencia al cabo de diez minutos, con todo funcionando casi a la perfección: una estupenda defensa, David Mediano haciendo olvidar a Carlos Cherry en la dirección, Jeff Xavier encontrando el aro desde lejos y Ryan Humphrey y Jelani McCoy dominando los tableros. Especialmente llamativa está siendo la progresión de este último, que ha pasado de levantar murmullos de desaprobación a ser el jugador más valioso del encuentro de ayer con 17 puntos y 9 rebotes (7 ofensivos). Si está bien físicamente y se sigue entendiendo bien con su compatriota, puede ser un auténtico dominador.

RETROCESO Sin embargo, el segundo cuarto trajo todo lo contrario. A Cherry se le echará de menos no porque Mediano no le supla bien, sino porque no hay quien sustituya al habitual reserva. Pablo Movilla tuvo esa función durante minutos, que coincidieron con el apagón ofensivo de sus compañeros. El jugador pacense-malagueño ha hecho una buena pretemporada, pero es mucho más un ejecutor que un creador. El oficio de base es muy difícil de aprender en dos días y por ahí tocará sufrir de momento.

El Benfica tiró de músculo y de calidad para volver a meterse en el partido. Lo hizo con tanta solvencia que al descanso perdía solo por dos (30-28).

A esas alturas mosqueaba al personal el poco acierto de Francis Sánchez (0/7 en triples al final). En la segunda parte se redimiría parcialmente, arriesgando menos. También es un hombre clave para estar donde se espera.

Suyos fueron casi todos los puntos para que el arranque del tercer cuarto volviese a ser bueno (41-31, min. 24), pero los lisboetas no se querían desenganchar y se volvieron a acercar hasta la mínima expresión (44-43). Les sucedió entonces casi lo mismo que al Cáceres en el torneo disputado hace unos días en la capital lusa: se perdieron el protestas a los árbitros --su entrenador, Henrique Viera, fue descalificado-- y ya no tuvieron más capacidad de reacción cuando los anfitriones volvieron a marcharse (52-46, min. 30; 66-54, min. 35). Humphrey sacó entonces su ingente clase --sazonada de compromiso-- para cerrar la victoria.

Los escasos aficionados --parece que no se acertó ni con el rival ni con la política de aprecios para atraer a más público que el medio millar que acudió-- premiaron a su equipo con una ovación. Lo siguiente ya será serio , oficial, de material mucho más auténtico. La cuenta atrás para empezar a soñar con estar arriba ha comenzado.