Lorenzo tiene ahora una autopista hacia el título, pista libre para coronarse, en su tercer año entre los reyes, como nuevo campeón del mundo. Se lo ha currado, y mucho. No será el único que pueda consagrarse en ausencia de su máximo rival: Kevin Schwantz fue campeón en 1993 tras la desgracia de Wayne Rainey; Mick Doohan, en el 95, se aprovechó de la herida de Puig; y, en 1999, Alex Crivillé fue rey tras dañarse Doohan en Jerez. Como muy bien dijo el joven Aleix Espargaró, "lo único malo de este maravilloso deporte es que, cuando te caes, te puedes hacer daño, mucho daño". Además, ahí sigue estando Pedrosa, a la expectativa.