El verde es un color que marca la vida de Mario Hormigo, y no sólo porque es el del césped donde cada fin de semana practica una de sus grandes pasiones. «El verde es mi color favorito, tanto en el fútbol como en la caza. He tenido la suerte de estar en el Cacereño y me he llevado un buen recuerdo de allí, y en mi otra pasión, que es la caza, es el color ideal para camuflarse», cuenta el lateral.

Ambas pasiones llegaron a su vida siendo muy joven. «Comencé a cazar muy pequeño, siempre iba acompañando a mi padre y a mi tío, y es algo que me encanta. En el fútbol, también empecé desde pequeño, era portero pero con el tiempo me cambiaron la posición», recuerda el joven futbolita.

«Es bastante complicado compaginar ambas cosas, cuando estoy sancionado o lesionado aprovecho y puedo ir un ratito de caza. Habiendo fútbol, es casi imposible. Ojalá pusiesen los partidos los sábados, así podría ir más días de caza», señala Hormigo, entre risas. Es feliz en Calamonte, y se le nota en cada palabra que pronuncia.

«Estoy muy contento de estar en mi pueblo y me han acogido como uno más. Es un placer defender la camiseta de mi localidad. Ahora visitamos al Cacereño, un club del que solo puedo hablar cosas buenas, pero como equipo vamos a intentar rascar algún punto», advierte Hormigo, que regresa a la que fue su casa por poco tiempo. Sin rencores, pero con ganas de demostrar.

«Personalmente, voy con mucha motivación, quiero demostrar que se confundieron al prescindir de mí. Si en el futuro me llamasen de nuevo, me lo pensaría más, pero seguro que diría que sí. El Cacereño es un equipo puntero, y es un placer jugar en equipos de ese nivel», afirma el cazador blanco.

La caza y el fútbol son compatibles, pero a veces han intentado borrar esta afición de su cabeza para que se centrase solo en la pelota. «Me han intentado prohibir la caza muchas veces, pero a no ser que sea un partido muy importante, suelo ir de caza todos los domingos un ratito. Yo me noto físicamente bien, tanto si voy de caza como si no», confiesa un lateral que durante esta temporada ha tenido que adelantar su posición en varios partidos.

«Al principio era raro, de extremo me siento perdido, pero me adapto a lo que me pida el entrenador», señala un Hormigo evidentemente ilusionado ante lo que vivirá el domingo.