El Celta fue víctima de sus propios errores y algo de mala fortuna que le llevó a comprometer durante muchos minutos su presencia en la próxima fase de la Liga de Campeones, objetivo histórico que al final consiguió, pese a perder por 2-0 ante el Slavia, en Praga, tras el 3-0 vigués de la ida en Balaídos.

La banda derecha de ataque praguense, bastante desguarnecida, parecía ser el único problema al que se enfrentaba el equipo vigués cuando un córner mal concedido por el árbitro permitió a Richard Dostalek conectar un cabezazo cruzado ante el que no supo responder Cavallero.

El técnico Miguel Angel Lotina fue expulsado al protestar la acción precedente y el Slavia comenzó a ver más claridad en un horizonte que, en principio, se presumía muy complicado. El animoso Slavia volvió a aprovechar una acción a balón parado con despiste general defensivo para colocar el 2-0 por medio del lateral Tomas Hrdlicka y abrir la puerta de los sueños.

En el segundo tiempo, y tras la expulsión de Mostovoi, el equipo celeste sufrió, pero al final logró el objetivo.