Extremadura puede recuperar este domingo parte del potencial perdido durante las dos últimas décadas en el fútbol español. Los ascensos del Cerro de Reyes y el Cacereño, unidos a la confirmación de que el Mérida siga en Segunda B la próxima temporada, podrían ser el principio del fin de una debacle casi total para el fútbol regional.

Atrás quedaron los años felices con el Mérida o el Extremadura en primera división a mediados de los noventa y la presencia de estos dos clubes más el Badajoz en Segunda A durante un largo periodo. Incluso muy lejos, y no ha pasado tanto tiempo, queda la temporada 2003-2004 con media docena de equipos extremeños jugando en la categoría de bronce.

Las cifras, a la par que frías, son claras: Extremadura ha celebrado el ascenso 18 veces en las últimas veinte temporadas (sin contar los dos que puede conseguir este domingo) pero también ha lamentado 18 descensos en ese mismo periodo. Especialmente llamativo es el periodo comprendido entre 1998 y 2007 con 11 ascensos a 2 B (uno o dos por temporada) pero en contraste la demoledora cifra de 16 descensos a tercera división.

La categoría de Segunda División B en el fútbol español puede llenar páginas enteras en la actualidad deportiva de confirmarse los apuros económicos de muchos de sus 80 componentes. Es curioso que una categoría considerada como un auténtico pozo para muchos históricos sea la meta soñada para los conjuntos extremeños.

INICIO AZULGRANA Creada en la temporada 77-78 tuvo al principio 20 equipos para contar ya con los actuales 4 grupos de 20 equipos cada uno en la temporada 86-87. Subir a segunda B no siempre ha exigido recorrer el mismo camino. Este repaso a las

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