El cerco en torno a Angel María Villar, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se estrecha. Ayer, dos nuevos testimonios ante el fiscal del juzgado número 47 de Madrid confirmaron las supuestas irregularidades en la gestión del organismo federativo. Oscar Flé, presidente de la territorial aragonesa, reveló la negativa de Villar a su petición de realizar una auditoría de gestión sobre las cuentas de la RFEF. Más concluyente fue la declaración de Salvador Romero, presidente de la territorial de Melilla, que explicó que la federación le vendía camisetas a 24 euros, que en las tiendas costaban sólo 9.

José Sierra Fernández, magistrado que investiga los asuntos oscuros existentes en la RFEF, tiene desde ayer más datos sobre la polémica gestión de Villar. Flé, que prestó declaración durante dos horas y media, confirmó la oposición federativa a mostrar unas cuentas transparentes en el 2002. Su solicitud de una auditoría fue rechazada. Luego probó fortuna ante el Consejo Superior de Deportes, con idéntico resultado. "Durante mi declaración se han tocado todos los temas que denunciamos ante Villar y de los que no obtuvimos respuesta", dijo el presidente de la aragonesa.

Entre las supuestas irregularidades que denunció Flé se encuentra el medio millón de euros que la RFEF adeuda a la Segunda División B, los 2,5 millones de euros del porcentaje de publicidad de los árbitros y el reparto de las subvenciones a las federaciones territoriales, que han sido aumentadas por la cercanía de las elecciones.

Salvador Romero, el otro directivo que declaró por espacio de dos horas, le comunicó al juez la obligación de su territorial de comprar a la RFEF camisetas de la marca Puma por más del doble del precio de la calle. "Después de todos los descuentos veías que el precio era muy superior que el que consta en la lista oficial de las tiendas. Pregunté, pero nadie me dio una explicación", añadió.