No hay movimientos positivos en el conflicto que enfrenta a los futbolistas del Cerro de Reyes con su club. Mantienen su convocatoria de huelga para los dos próximos encuentros, el primero de ellos mañana mismo ante el Vecindario (12.00 horas, estadio José Pache).

En el vestuario se sigue firme con la misma postura decidida al principio de esta semana: si no llega el dinero para satisfacer las mensualidades que se les adeudan --cuatro, en la mayoría de los casos, después del vencimiento de algunos pagarés--, no jugarán, lo que tendría unas gravísimas consecuencias de cara a la clasificación con la pérdida de puntos incluida. El conjunto pacense, último con 19 puntos aunque a solamente cinco de la zona de salvación, recibiría una estocada que podría resultar definitiva.

Los contactos entre ambas partes se han mantenido en los últimos días y de hecho ayer Mario Luna dirigió el entrenamiento con total normalidad, lo que deja un halo de esperanza para que a última hora se reconsidere la postura.

PROMESAS INCUMPLIDAS No parece fácil que el Cerro logre solucionar en unas horas lo que no ha podido gestionar en los últimos meses, con el cambio de poderes entre Antonio Olivera Cachola y un misterioso grupo inversor entre tanto.

Las promesas de que el arreglo únicamente se conseguirá con calma durante las próximas semanas continúa encima de la mesa, pero los futbolistas, que cuentan con el apoyo inequívoco del sindicato AFE, ya se han cansado de escuchar una y otra vez las mismas palabras sin que existan movimientos en sus cuentas corrientes.

Además, según desveló ayer Canal Extremadura, se ha producido a lo largo de esta semana un nuevo movimiento en el cuerpo técnico. Se marcha Julio Gómez, con el que también existen deudas contraídas desde hace tiempo.