A las cinco y media de la mañana suena cada día el despertador de César Castro (Plasencia, 31-05-1999) y media hora más tarde ya está metido en el agua de una piscina, de la que sale a las ocho para tomarse un merecido desayuno y prepararse para a las 8.30 horas comenzar las clases, las cuales termina a las 14.30. Tras comer y aprovechar media hora de siesta, vuelve a sus entrenamientos (de 16.00 a 19.30 horas). Y tras otra hora de obligado estudio, cena y a eso de las 22.30 se mete en la reparadora cama de la residencia del Centro de Tecnificación Ciudad Deportiva de Cáceres.

Este es día a día de César Castro, un chico placentino de 15 años que acaba de conseguir batir nada más y nada menos que cuatro récords absolutos de Extremadura y cinco mejores marcas de edad nacionales en el Torneo de Invierno X Circuito Open de Madrid. Aún con una agenda tan completa, César encontró tiempo para atender a este diario en el recreo de sus clases de 4º de la ESO. Señala que aproximadamente suele nadar, en temporada de carga --cuando no hay competición-- unos 70 kilómetros a la semana y aminora un poco --55 kilómetros-- en tiempo de competición, a lo que hay que añadir el tiempo que trabajan en 'seco', ejercicios físicos fuera del agua.

Su próximo compromiso llega en tan sólo tres semanas, en el Campeonato de España Absoluto de piscina corta y posteriormente el Europeo infantil. César Castro todavía entrena todos los estilos y compite en muchas pruebas, ya que en edad infantil no se tiene adjudicada una específica, aunque ahora las que entrena más son 200, 400 y 1.500 libres.

--¿En qué momento toma la decisión de dedicarse a la natación de manera tan completa?

--En el club al que pertenezco, el Club Natación Plasencia, desde los cinco años, ya que mi hermano estaba allí, me empezó a gustar demasiado nadar y cuando las cosas empezaron a salir bien decidimos venirnos a Cáceres a mejorar. Fue mi entrenador allí, Castor Calle, quién vio en mí que tenía posibilidades.

--¿Hasta ahora, esta vida tan sacrificada le esté mereciendo la pena?

--Es cierto que la natación es un deporte muy sacrificado, que requiere de muchas horas y estar fuera de casa mucho tiempo y acabas a veces muy cansado y sin ganas de moverte. Por eso a veces no echas de menos salir.

--Pero con 15 años debe ser complicado...

--Hay tiempo para todo y hay que saber encontrarlo. Los sábados, aunque también entrenamos, si no hay competición suelo salir con mis amigos o ver cine, aunque son pocos los fines de semana que tengo.

--¿Cuando se está nadando por una calle en plena competición, en que se va pensando?

--Hay que estar concentrado en lo que se está haciendo, en cuando cambiar de ritmo, en cuando apretar, pero en competiciones como los 1.500 metros te da tiempo a pensar en todo, en lo cansado que vas, en lo que vas a hacer después...

-¿Uno es capaz de observar y controlar a los rivales en plena brazada?

--Solo de los que están a tus lados tienes referencias visuales, pero es en los virajes donde tienes tiempo de ver cómo van los demás.

--¿Qué parte de culpa tiene su hermano en sus éxitos?

--Mucha, porque para mí ha sido mi referencia. El me metió el gusanillo, gracias a él practico natación, aunque evidentemente mis dos entrenadores, Cástor Calle en Plasencia y Serafín Calvo en Cáceres son cien por cien parte de todo lo que estoy consiguiendo.