La histórica conquista del Real Madrid en Kiev ha sido relegada como primer tema de conversación en la multitudinaria celebración de este domingo por las calles de la capital, en la que Cristiano Ronaldo ha recibido la atención que no consiguió sobre el césped y reclamó después ante los micrófonos. El enfado, la sorpresa y la decepción de los primeros instantes sobre las palabras de Ronaldo, más por lo inoportuno, han dejado paso a los aplausos en la celebración. Miles de madridistas han coreado al portugués, que ha encabezado el grupo en varias ocasiones, pero la gran ovación se la llevó Bale, el verdadero héroe de la final europea.

Visiblemente más contento y sonriente que en el Olímpico de Kiev tras la victoria, Ronaldo ha cantado, ha saludado desde el bus y ha protagonizado el paso por La Cibeles, sin soltar el micrófono en ningún momento. Cuando ha hablado, en el ayuntamiento, lo ha hecho para alabar casi únicamente a la afición. "Gracias por estar aquí, vosotros hacéis un trabajo espectacular, los madridistas que siempre nos han apoyado. Gracias chicos, hasta el próximo año", ha dicho la estrella portuguesa. Pero la magnitud de la herida abierta con el presidente Florentino Pérez aumenta a cada día y, sobre todo, después de que la fiesta de la décimotercera Champions quedara mitigada por su amenaza de marcharse.

Ha habido un sentimiento general de que lo importante es celebrar el éxito conseguido y que ya habrá tiempo durante los meses de verano para discutir el futuro de cada jugador. El Real Madrid ha intentado restarle importancia al asunto y que no se hable demasiado sobre ello. Como ya pasó en 2012, cuando el portugués sorprendió con el famoso "estoy triste", el club espera resolver el problema, probablemente a través de una revisión de contrato. Pero el cisma está abierto porque tanto Cristiano como Bale han puesto bajo sospecha su futuro como madridistas.

Sergio Ramos, en su rol de capitán, quiso liderar la fiesta. "Vamos a cantar una canción que a la gente a veces se le olvida", ha empezado diciendo el defensa. "¡Que se enteren todos los indios quién manda en la capital!", ha dicho el central blanco en su cita con La Cibeles sin poder olvidarse de sus vecinos del Atlético de Madrid. "Lo que le voy a decir es un secreto entre la Diosa y yo", ha comentado Ramos antes de colocar una bandera y una bufanda del Madrid sobre la Cibeles. "He pasado por Neptuno y no había mucha gente", había revelado antes Theo Hernández dirigiendo su mensaje hacia la afición atlética, a pesar de que hermano Lucas juega en el equipo de Simeone.

Cristiano, relegado al tercer escalón salarial de las estrellas del fútbol europeo tras el fichaje de Neymar por el PSG y la renovación de Messi con el Barcelona, completó una primera parte de temporada muy lejos de su mejor nivel. Las dudas empezaron a asomar y los rumores sobre el interés del Madrid en Neymar se han acrecentado desde la decepción del equipo parisino en Champions. En los últimos meses, Ronaldo se ha reivindicado con goles y, a sus 33 años, se ha sentido en disposición de reivindicar su puesto de privilegio entre los mejor pagados del mundo.

Cuando se anunció la alineación del Real Madrid en Kiev, Bale no solo estaba fuera del once, estaba enfilando también la puerta de salida del club. Ha vivido una existencia en el Madrid siempre en el umbral, entre dentro y fuera, como un indeciso al que le gritan: "Entra o sal, pero cierra la puerta". Cuando el árbitro pitó el final, el galés había ganado el partido casi solo, con la imprescindible ayuda de Karius, y con un gol que, por importancia y dificultad, ensombrece el de Cristiano en Turín. El galés también aprovechó su momento en la gloria para lanzar su mensaje. Quiere más minutos, pero deja la puerta abierta a seguir. La posible salida de Ronaldo le puede abrir la puerta, en la temporada en la que menos se atisbaba, a heredar el trono del Madrid.

Zidane, reforzado

Los árboles no dejan ver el bosque, pero a la historia pasará el título, la gesta, el gol de Bale y los errores de Karius. No los problemas de cada uno con su futuro, no las polémicas del día a día, esas son finitas, de nuestro tiempo. Lo inmortal son los títulos, lo que pasa sobre el césped, los nombres escritos en las páginas de la historia.

El gran reforzado del día siguiente es Zidane, uno de los grandes receptores de aplausos de la afición y de los elogios en los discursos. Como reforzada sale su apuesta por Benzema, fundamental si el equipo se entrega al dominio de la pelota, a llevar la iniciativa en el juego y a dominar territorialmente. "Hemos llegado a 16 finales y hemos ganado 13. Lo que hemos logrado roza lo milagroso. Por eso, este club es eterno y legendario", ha proclamado orgulloso Florentino Pérez, el presidente del Madrid.

Pruebas a Carvajal

Carvajal, de los más vitoreados, se va a someter este lunes a pruebas médicas para determinar el alcance de la lesión muscular que le dejó fuera de la final y le puede dejar sin Mundial. Si causara baja de la lista de 23 que oficializó Lopetegui, su sustituto tendría que salir de la lista de 35 jugadores que España ha tenido que entregar a FIFA, que no es pública. Marc Bartra y Sergi Roberto son los que parten con ventaja para sustituirle.