Si se trataba de que el público de Cáceres pusiese nota a la temporada de su equipo durante el intrascendente partido de anoche ante el San Pablo Burgos, esta no pudo ser otra que, como mínimo, de un aprobado. La derrota final (71-79) quedó casi en anécdota porque la cuestión era cómo se despedían hinchada y plantilla, ahora que ya no volverán a verse hasta, como mínimo, septiembre. Y eso teniendo claro que no todos (jugadores y quizás técnicos) estarán en ese momento tan lejano aún.

Fue una noche emocionante, aunque tampoco para la lágrima. Lo mejor casi fue precisamente eso: que no hubiese un dramatismo que, a principios de temporada, podía temerse a estas alturas. Pero no: el Cáceres Patrimonio de la Humanidad se salvó hace mucho y la utopía de alcanzar los playoffs se volatilizó hace tres semanas. Nadie en su sano juicio podía pedirle a este equipo que repitiese el éxito de la pasada campaña.

Bastante ha sido salvar los muebles después de las horribles sensaciones de los primeros meses de la aventura. Y la clave para ello ha sido la misma que se vio ayer para plantarle cara a uno de los ‘grandes’ de la LEB Oro: mucha entrega, mucho compromiso, gran optimización de escasos recursos. Las bajas de José Marco y, últimamente, Luis Parejo, han dejado aún más tocado a un grupo que, sin rendirse, sí que necesita un descanso. Se lo han ganado.

Olvidada --aunque nunca del todo, claro-- aquella imagen lamentable del 50-113 frente al Breogán, los problemas de actitud no se han vuelto a repetir. Pese a ello, el inicio ante el Burgos no fue positivo. Cuatro minutos tardó en caer la primera canasta, con el temor de acabar con un resultado grosero.

No fue así, pese a que podía pensarse eso con un 6-15 y luego con el 12-21 del final del primer cuarto. Para colmo, Niko Rakocevic se cargaba de faltas.

La reacción llegó dentro de un buen trabajo colectivo y alguna sorpresa a nivel individual, como la de ver muy suelto a Carlos Toledo. No ha sido su temporada, pero a veces da detalles de que puede ser un jugador valioso de cara al futuro.

Burgos pareció relajarse, con numerosos fallos en los tiros libres, y eso dio una ventana a los locales para, por lo menos, llegar al descanso con ciertas esperanzas de alcanzar otra proeza en el Multiusos (34-42).

No pudo ser así, aunque cerca estuvo. Los visitantes no acababan de matar el partido y al Cáceres cada vez se le iban sumando más héroes: un par de tiros de Rakocevic, la casta de Sandi Marcius, la explosividad de JC Fuller con sus triples planos...

Faltando seis minutos, la ventaja bajó a cuatro puntos (59-63), un muro que fue ya imposible de derribar de puro agotamiento. Resultó conmovedor ver a Sergio Pérez, que ya tiene todo hecho en el baloncesto, pegarse por cada balón. Un par de decisiones arbitrales fueron los últimos clavos en el ataúd, pero el Burgos fue justo vencedor.

El plebiscito acabó con gritos de «Cáceres, Cáceres» y muchos aplausos. Falta el partido como visitantes de Huesca, pero no da la impresión de que haya la suficiente gasolina como para poder ganar a un rival que se jugará la vida. Da igual. El aprobado alto se ha conseguido.

cáceres71

burgos79

3Marcador por cuartos: 12-21, 34-42 (descanso), 56-61 y 71-79 (final).

3Árbitros: Torres Sánchez y Hurtado Almansa.

3Pabellón: Ciudad de Cáceres.

3Espectadores: 1.000.

3Cáceres Patrimonio de la Humanidad: Guille Corrales (0), Niko Rakocevic (10), Sergio Pérez (9), Andraz Kavas (2), Sandi Marcius (20) --cinco inicial-- JC Fuller (21), Carlos Toledo (9), Zygimantas Riauka (0), Alberto Cano (0), Vieux Kasse (0).

3San Pablo Inmobiliaria Burgos: Brandon Brine (13), Aegir Steinarsson (2), Javi Vega (6), Goran Huskic (22), Alex López (5) --cinco inicial-- Soluade (7), Alejandro Barrera (12), Jorge García (5), Filip Toncinic (7), Eduardo Martínez (0).