Los campos de Regional Preferente pueden disfrutar con la presencia de un jugador que forma parte de la leyenda en la historia del Club Polideportivo Cacereño: Jacinto Domínguez Avila, Chinto que, a sus 44 años, volvió la semana pasada a vestirse de corto para jugar con la Asociación Deportiva Sagrada Cena, del grupo I.

El futbolista fue un protagonista carismático en la entidad verde durante más de diez años, desde principios de la década de los 80 a mediados de los 90. También pasó por las filas de equipos como el Mérida y el Villanovense, en los que dejó su impronta de defensa luchador por todos los balones e implicado al máximo.

Ante la gran cantidad de bajas que acumulaba el Sagrada Cena, recibió hace dos semanas la llamada de su presidente, Manuel Rey, que le propuso volver a jugar para echar una mano. Como el gusanillo no se pierde nunca, decidió aceptar y calzarse las botas, teniendo en cuenta que se encuentra en buena forma porque no ha dejado de jugar al fútbol a nivel amateur . De hecho, contra el Trujillo aguantó con normalidad los 90 minutos jugando en el centro de la defensa, aunque su equipo acabó derrotado por 1-3.

Se da la circunstancia extra de que Chinto comparte equipo con su hijo Samu, algo que indudablemente le llena de orgullo y que es objeto de constantes bromas en el vestuario del club cacereño.