Victoria del placentino Pedro Romero aparte, no está siendo éste un buen año para nuestro ciclismo. Algo no está haciéndose bien o quizá sea demasiado difícil triunfar en este deporte tan espectacular como sospechoso. El entusiasmo de hombres como Pepe Guillén, organizador de la Vuelta a Extremadura, o Alfonso Rodríguez, real impulsor de que el Spiuk apellide a un equipo ciclista en la región, no es suficiente y la progresión no es la deseada. En este año se ha demostrado que la Vuelta a Extremadura necesita un cambio y una apuesta clara, además de un buen asesor de marketing, para transformarla y que tenga el atractivo que uno cree que puede tener. De otro lado, lo del Spiuk puede ser cuestión de dinero. Esta temporada, por aquello de las categorías, participa en menos carreras de prestigio y eso es dar un paso hacia atrás. Pero en ambos casos, el trabajo y la ilusión sobran. Para mí que lo que falta es imaginación, ´vender´ bien el producto. Y ésa es la asignatura pendiente.