Los clubs de Segunda División B de fútbol han visto rebajar su patrocinio de 150.000 a 120.000 euros. Las obligaciones fiscales han paralizado, de momento, la llegada de un club profesional de ciclismo a Extremadura, una escuadra liderada por todo un campeón del Tour de Francia, Carlos Sastre.

Los ejemplos expuestos son claros exponentes de la apretura de cinturón que, en materia deportiva, se ha autoimpuesto la Junta de Extremadura. Todos los clubs, con alguna excepción puntual por ascenso de categoría o por su condición de nuevos, han sufrido una merma de entre el 10 y el 15 por ciento en sus convenios.

Aunque la cifra global para clubs representativos y eventos deportivos que aportan, casi a partes iguales, la Consejería de los Jóvenes y el Deporte y Marca Extremadura, será similar en relación a la campaña anterior (alrededor de 3 millones de euros), las rebajas de temporada han llegado a entidades tan representativas como el Cáceres 2016 de baloncesto, el Arroyo de voleibol femenino o la AD Extremadura de fútbol sala, por citar tres de los principales estandartes del deporte regional de alta competición.

Nuevos

Pero han llegado, por ejemplo, la AD Cáceres (Superliga 2 de voleibol) o el Malpartida, de División de Plata femenina de fútbol sala, que han hecho que se hayan replanteado muchas de las cuentas que se manejan en la Junta. Pero, sobre todo, ha sido la crisis económica y los recortes presupuestarios consiguientes los que han pesado más.

"Los clubs lo han entendido muy bien", proclaman en la propia Junta. En efecto: al menos públicamente no ha habido una sola queja en los últimos meses. Ni siquiera de los cuatro clubs de fútbol de Segunda B. En realidad, recuerdan desde el Ejecutivo autonómico que en esta categoría habrá más dinero: el año pasado eran 150.000 por tres clubs (total, 450.000); este año, entre cuatro, 480.000. "Y además", se insiste, 120.000 es el máximo, "ya que tienen que cumplir una serie de condiciones". La crisis aprieta, también en deporte.