Los que me conocen saben de mi insistencia en subrayar la importancia que, a mi juicio, debe tener la comunicación en deportistas, clubs y federaciones. En Extremadura vamos mejorando, pero aún nos queda mucho por aprender y, sobre todo, por aportar.

Hay que reclamar desde el minuto 0 que, al menos clubs y federaciones, tengan a algún profesional dedicado a informar sobre todo aquello que interese. El primer interesado, que conste, debe ser el originario del mensaje. Si no comunicas bien, distorsionas, confundes y te autodestruyes. Si ni siquiera comunicas, hasta desapareces del mapa.

Tengo en mi retina unos cuantos casos de entidades deportivas con muy buenos profesionales --esa es otra cuestión, y es que se parte de la base de que hay que pagar para luego exigir-- y ejemplos de bienhacer, que han hecho más grandes a sus clubs. Es el caso del Cáceres Patrimonio de baloncesto, que ha mantenido un status muy respetable gracias a la labor que ha desarrollado durante 10 años Jorge García, como todos con defectos, pero con una exquisita y excepcional dedicación para transmitir los valores que debe exhibir de cara al exterior un club.

El caso del Extremadura de fútbol es verdaderamente excepcional. A través de redes sociales, ha realizado una labor impagable --y tanto-- en favor de una causa, la de la propia entidad almendralejense. Han vendido una idea de actualidad verdaderamente estupenda, y en este caso por muy bajo coste económico, algo que no me gusta en exceso, pero sus razones tendrán para funcionar de esa manera.

Vamos progresando en algunos casos más, hasta en la mera cuestión de persona física al frente. En el Al-Qazeres y Cacereño, ahora hay un chico y una chica, algo verdaderamente inédito. Saludemos y celebremos que esto va cambiando, aunque quede.