La XVIII edición del Campeonato del Mundo de balonmano tendrá una final inédita entre Croacia y Alemania, después de las semifinales disputadas en Lisboa.

El equipo croata disputó en 1995 su primera, y única hasta hoy, final mundialista, en el campeonato disputado en Islandia. Croacia se presentaba por primera vez a un torneo de selecciones tras su independencia, pero encontró en el equipo francés a su verdugo. Prácticamente, aquél mismo equipo logró un año después, en los Juegos de Atlanta´96, la medalla de oro, que colmó las aspiraciones de una nación de gran tradición en balonmano, pero joven en el concierto internacional. Desde esa fecha olímpica, Croacia cayó en picado y, tras la decepción del Europeo 2000 que organizó en su propio país -sextos- la dirección técnica optó por una severa renovación.