Un vistazo al palmarés de Javier Sánchez Franco, nacido en Cáceres el 25 de enero de 1971, genera toneladas de envidia: campeón europeo y mundial con la selección española y campeón liguero, copero y continental con su club, el Playas de Castellón. Muy pocos deportistas en el mundo pueden presumir de tener un repóker de tal calibre y ninguno es extremeño.

Desde que abandonó el fútbol grande --su corazón estuvo repartido entre el Cacereño y el Sporting de Gijón, donde compartió terreno de juego con Luis Enrique-- sólo ha hecho triunfar sobre la pista, primero con el ascenso con el equipo que en el que dio sus primeros pasos en su nueva aventura, la AD Extremadura (1992), y después en Castellón, donde ha pasado los diez últimos años exceptuando una fugaz experiencia en el Pinturas Lepanto de Zaragoza.

´EL JEFE´

Sus cualidades deportivas y humanas le han convertido en un líder en el vestuario levantino y en el del combinado nacional, del que es capitán. Un viaje a su personalidad le señala como un jugador temperamental y competitivo sobre la cancha, sumamente altruista, de los que les encantan a todos los entrenadores. Javier Lozano, seleccionador nacional, le ha convertido en su prolongación en la cancha, siendo fijo en todas las convocatorias, incluso cuando el Playas ya no es el gran dominador de las competiciones nacionales y sus números goleadores no destacan especialmente sobre el resto de pivotes de la LNFS.

Licenciado en Ciencias Empresariales, su actividad deportiva transcurre paralela a la laboral en Castellón. "Estoy absolutamente identificado con este club", suele decir, mirando de reojo a Cáceres, adonde se escapa siempre que puede. Una mención especial en los Premios Extremeños del Deporte, la designación como hijo predilecto de Cáceres y el homenaje que recibió hace año y medio en el multiusos son muestras de todo el cariño que se le tiene. El lo devuelve como mejor sabe: brillando y dedicándole a la región sus triunfos.