Adrián Quijada Alcón solamente tenía 25 años, era ingeniero aeronáutico en el Ministerio de Defensa en Madrid, aunque sobre todo un apasionado como árbitro de fútbol, y llevaba varios días arrastrando molestias físicas. Nada hacía presagiar, sin embargo, que en la noche del martes, en la capital de España, la muerte se lo llevara tras sufrir un infarto, creando así una honda consternación en el mundo del deporte extremeño en general y, fundamentalmente, entre sus familiares y amigos en Plasencia.

El pasado domingo hizo de asistente en el estadio Príncipe Felipe, en el Cacereño-Coria del grupo XIV de Tercera División, auxiliando al principal David Galayo Castro. Todo fue normal hasta entonces.

Quijada Alcón, que durante doce años ha ejercido el arbitraje con pasión, era hermano del también colegiado de Tercera División Santiago Quijada Alcón.

La propia Federación Española emitió ayer una nota de condolencia por la pérdida, rubricada por el presidente, Ángel María Villar. También lo hizo la extremeña, y numerosísimos clubs de toda la comunidad, pero especialmente la noticia sentó como un jarro de agua fría entre el colectivo arbitral.

También el alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, expresó el pésame hacia la familia por la pérdida del deportista.

«Era (y siempre será) un magnífico tío; honesto, cercano, muy extremeño, honrado, trabajador, sanote... un tipo de 10». De esta manera se expresó uno de sus amigos, del grupo del Colegio Mayor Antonio de Nebrija.

Las muestras de afecto llegaron durante toda la dura jornada en Plasencia. El tanatorio de San Lázaro fue un hervidero de gente que quiso dar el último adiós al deportista extremeño. A última hora de la tarde estuvo el presidente de la territorial extremeña, Pedro Rocha.

La misa funeral se celebrará hoy a partir de las 12.30 en la iglesia del Salvador.