No es el más fuerte de la Vuelta y tampoco es el de antes pero, en carácter, en ganas de convertirse en el animador de la fiesta, no hay quien supere a Alberto Contador, al que tan solo le quedan siete días de competición antes de colgar la bicicleta. Hay que disfrutar de él, de sus ataques, de su carácter indomable, del que no se rinde, del que muere matando, del que están todos pendientes, del que dejan marchar para capturarlo después, el que se divierte y el que divierte. La Vuelta 2017 es la de Chris Froome, el ciclista que pone la razón y el que da las justas pedaladas para ser cada día un poco más líder auxiliado por su Sky de ensueño.

Ataque del madrileño

Contador abrió una vez más el fuego de la Vuelta, en una etapa escrita para él. Él fue quien escuchó los constantes gritos del público granadino. El "¡vamos Contador!" lo acompañó metro a metro, desde que atacó a 26 kilómetros de la meta, en la cima del Purche. Él fue quien se llevó a un colombiano llamado 'Supermán' López, que si bien no era un desconocido para los aficionados a este deporte, en Sierra Nevada se presentó definitivamente a los 23 años ante el público como un nuevo producto de la genuina escuela colombiana, la de una inagotable fuente que sigue liderando Nairo Quintana y en la que también están Rigoberto Urán, Esteban Chaves y ahora un 'Supermán' que sube las montañas como los grandes escaladores de todos los tiempos, ciclista de poco peso pero de piernas terribles, de demarrajes secos, como hacía Marco Pantani y también Quintana cuando está en forma.

La Vuelta descansará este lunes en lo que será un largo traslado desde Sierra Nevada a Logroño siempre con Froome como líder de la carrera.