Cacereño: René; Palero, Tomás, Rives, Dani; Carlos, Abel Segovia, Lolo, Rocha; Alex y Mauri (min. 54, Luismi).

Leganés: Falcón, Antero, Mario, Bayón, Guille, Alvaro Zazo; Tacón, Tonino, Edu Ramos (min. 83, Tetteh); Nakor (min. 72, Chispa) y Arruabarrena.

Arbitro: Pérez Pallas (Comité Gallego). Bien, aunque timorato en las tarjetas. Se le reclamaron dos penalties en el área del Leganés. Amarilla al local Rives y al jugador visitante Antero.

Incidencias: Alrededor de 1.500 espectadores en el Príncipe Felipe, con presencia de seguidores visitantes. Antes del inicio, acto en contra del maltrato con una tarjeta roja simbólica. Césped en pésimo estado, como es costumbre. En el palco, la alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras.

Con el corazón no basta. En el deporte en general y el fútbol en particular, hay otros condicionantes que conducen al éxito. Si lo pones todo, incluido el juego, tienes obligatoriamente que apelar al remate para conseguir el objetivo, en este caso el gol.

Y el Cacereño, por tercer partido consecutivo --segundo en casa-- no tiró del manual rematador al uso y lo pagó caro (0-0). Perdió dos puntos, aunque fuera con el segundo clasificado, el Leganés, cuando dispuso de una ocasión mollar para vencer y estirarse en la tabla clasificatoria.

En medio del barro y del deplorable estado del terreno de juego, el despliegue verde fue fantástico, por lo que cabe el lamento. Por empuje, por coraje, incluso por convicción, el Cacereño debió ayer vencer. Pero no lo hizo y las plazas de descenso siguen ahí, amenazantes.

Especialmente en el primer tiempo, el grupo de José Luis Montes asedió la meta de Rubén Falcón. Bien es cierto que dispuso de escasas ocasiones claras de gol, pero sí rondó el 1-0 en al menos siete oportunidades, aunque fueran menores.

Montes apostó por Alex por Luismi de inicio. El espigado punta juvenil fue la mejor noticia de la tarde. Tener a un futbolista más --y ayer se confirmó jugando 90 minutos-- no es baladí en los tiempos que corren, con Rubén Jurado y Dieguito en la grada, al menos de momento. "Trabajo como si no tuviéramos que fichar", dijo el viernes el técnico del Cacereño. Dicho y hecho.

Alex, como Mauri, batalló y batalló. Como Abel Segovia, como Lolo, como Palero, como Carlos (sustituto del sancionado Chapi), como los inmensos Rocha y Dani Gómez... pero todo fueron arremetidas estériles.

Alex rozó el tanto en el minuto 15 con un balón peinado que se paseó delante de Falcón; Rocha cabeceó para la parada del meta del Leganés seis minutos después; Mauri no llegó a centro de Rocha, puede que trabado por un defensa; el propio Mauri cabeceó fuera un centro de Dani. Demasiado flirteo con el gol, que no llegaba y no llegó, pese a la reiteración del capitán verde. Tremendo derroche el de David Rocha, definitivamente recuperado para la causa tras superar por fin sus problemas físicos.

MAS INTENTOS En el segundo tiempo, más de lo mismo, con la variante de la salida de Luismi por Mauri. El Cacereño lo intentó por doquier, aunque quizá con menos fuerza. Tomás remató y su balón dio ligeramente en el larguero. No había manera de abrir el marcador.

El Leganés, en el que su goleador Arruabarrena apenas inquietó, se estiraba tímidamente a la contra y en una de ellas tuvo la mejor oportunidad del partido. Corría el minuto 75 cuando Chupe lanzó a quemarropa y René despejó antológicamente. El balón dio en la madera.

Los últimos minutos fueron un continuo asedio verde. No hay nada que reprochar. El grupo de Montes, con sus limitaciones, sigue guiado por la honradez y el trabajo. Luismi lo intentó en varias arrancadas, en una de las cuales (min. 87) pudo ser derribado. Tres minutos, antes, no había llegado a un pase de la muerte de Rocha. El Cacereño empataba ante el Leganés, un resultado que en otras circunstancias no hubiera sido malo, pero ayer sí.