La etapa de José Manuel Pérez en Almendralejo ha sido de apenas un año y medio, pero su despedida estuvo a la altura de aquellos que marcan una época. Su honradez y compromiso sobre el césped, su sencillez y cercanía con la gente de Almendralejo y su honestidad siempre en todas sus declaraciones quizá le han llevado a tener y saborear el cariño de un club que ahora tiene que despedirle para dar paso a nuevos inquilinos. «Cuando uno cree que no lo van a dejar aportar más, lo mejor es llegar rápido a un acuerdo. Me siento un almendralejense y azulgrana más. Le deseo toda la suerte del mundo al Extremadura y me tendrán muchos partidos en la grada», decía un jugador cuya caballerosidad ha sido denominador común en todo momento.

La llegada de delanteros ha provocado la salida prematura de un futbolista que siempre estará en el recuerdo del Extremadura. Sus 16 goles valieron mucho para el retorno a Segunda División B. Ha marcado 18 en total en los 57 partidos que ha jugado de azulgrana. «Me he sentido como en casa y no ha sido una decisión fácil». José Manuel quiso que el presidente, Manuel Franganillo, estuviera sentado a su lado en la despedida: «el año pasado él hizo un esfuerzo muy grande para traerme y quería que estuviera aquí. Hemos negociado como tíos, como debe ser, y me bastaba con sentarme con él».

Un secreto de José Manuel es que lleva tatuado el número 24 con el símbolo del Extremadura gracias a una promesa realizada si lograba ascender de categoría.

Nada más conocerse su salida del club, al cordobés le han llovido ofertas e intereses de todo tipo. Ha trascendido el del CD Badajoz, aunque de momento José Manuel prefiere esperar. Sí tiene claro que le gustaría seguir en Segunda B o un Tercera que aspire al ascenso.

Cuelga la elástica azulgrana un futbolista de raza, de entrega y de compromiso. De los que gustan en el Extremadura. Tal vez, por ello, Almendralejo siempre le recordará como merece.