Carlos Queiroz es uno de los seleccionadores más cuestionados del Mundial. El extécnico del Madrid no despierta simpatías en Portugal. Pocos creen en su trabajo y la sombra de Luiz Filipe Scolari es muy alargada. Quizá por eso, el seleccionador luso debe pensar nuevas estrategias para motivar a sus jugadores y al público. Esta semana ha sorprendido a todos con ensayos más propios de una guerra que de un partido de fútbol.

Con las caras pintadas de verdes (Cristiano en la foto) y autendos militares, los portugueses han trabajdo en la localidad de Covilha junto a 18 oficiales del ejército que les han enseñado estrategia y trabajo en equipo, dos puntos de los que no anda muy sobrado el bloque portugués. Además, Queiroz diseñó un campo de entrenamiento muy especial, con barricadas de neumáticos y barreras de alambres. La imagen de Ronaldo, Deco, Nani, Simao y otras estrellas lusas era realmente curiosa.

Una de las mejores noticias para Portugal fue el regreso, ayer, de Pepe a los entrenamientos. El defensa del Real Madrid, que sufrió una grave lesión de rodilla en el mes de diciembre, participó en el ensayo con sus compañeros. El jugador blanco, que suele jugar de mediocentro con Queiroz, confía en estar a punto para el torneo. El viernes empezó a entrenar Tiago (Atlético de Madrid), que había sentido molestias físicas durante toda la semana.

Los lusos, concentrados desde el pasado 14 de mayo, jugará el 1 de junio ante Camerún después del triste encuentro ante Cabo Verde. El día 8 se enfrentará a Mozambique antes de partir hacia Suráfrica, donde les espera un duro grupo.