En el baloncesto se manejan decenas, cientos, miles de estadísticas. Todas pueden tener su lectura negativa o positiva. En el Cáceres 2016, como todo transmite optimismo en los últimos meses --diez victorias en los últimos once encuentros-- basta con buscar cuatro datos para explicar la mejoría individual de sus jugadores desde que Manuel Piti Hurtado se hizo cargo del equipo.

Los cuatro ejemplos hablan sobre cuatro jugadores que anteriormente no habían encontrado su sitio con el anterior entrenador, Fede Pozuelo. Seguramente el caso más sintomático sea el de Kelvin El Pollito Peña, que ha pasado de discutido a ídolo de la afición. El ahora escolta dominicano promediaba 12 puntos por partido a las órdenes de Pozuelo y ahora alcanza los 18. Su cambio de posición ha sido clave, pero no solo en el aspecto anotador, sino globalmente: ha doblado su valoración --que recoge todos los apartados estadísticos del juego-- de 9 a 18.

Mientras, Juan Sanguino ascendió a la titularidad tras el cambio de técnico, cuando anteriormente era la rotación para Sidao y David Patten. Su gran salto se ha producido en los rebotes, pasando de 4,8 en la etapa Pozuelo a 6,2 en la de Hurtado.

La temporada de José María Panadero no está siendo tan de ensueño como todos --empezando por él mismo-- pretendían, pero su posición está ahora más definida. Aunque saliendo del banquillo en muchas ocasiones, su valoración media por minuto ha pasado de 0,23 a 0,37.

Por último, a Ricardo Busciglio se le pide más regularidad y confianza en su tiro, aunque al menos en los libres ha mejorado considerablemente (del 57% al 70%) gracias al entrenamiento.

El Cáceres 2016 no solo se preocupa de lo que pasa en la cancha. Ayer anunció el nombramiento de Marco Mangut como defensor del aficionado y se ha puesto en marcha un espacio en internet (http://defensordelaficionado.wordpress.com/ ) que actuará como un buzón de sugerencias interactivo con la misión de recoger las mejoras, críticas, propuestas y demandas de los socios.