Francisco Sánchez Curiel, Curro , es ahora un veterano futbolista en las filas del Villanovense. No le falta magia en el toque de balón y de eso tomaron nota hace unos años en La Masía. Cuando tenía 15 años, en 1996, comenzó su andadura por la cantera culé. En categoría cadete, su primera temporada, y en las tres siguientes en juvenil. "Es muy bonito, jugar en la cantera del Barcelona es una cosa que todo niño quiere hacer", dice.

Aunque no todo fue de color de rosas. "Es duro, porque tan pequeño te vas de tu casa y dejas a la familia y amigos en Sevilla, a mil kilómetros", recuerda. Aunque cuando uno recibe la llamada de can Barça no puede decir que no. Por eso dice que pese a todo, "fue muy ilusionante y tengo un muy buen recuerdo".

No obstante, durante aquellos años, tuvo el lujo de compartir habitación con dos de las grandes figuras culés de los últimos tiempos. Andrés Iniesta y Carles Puyol, dos símbolos barcelonistas.

Para los dos, solo tiene buenas palabras. Ya entonces Andrés Iniesta era "humildad, nobleza y magia". Y Puyol, "cuerpo, garra y pundonor".

Con ellos no compartió terreno de juego, pero sí confidencias en una habitación en la que convivían ocho promesas del fútbol por aquel entonces. Con los que sí tuvo el placer de compartir equipo fue con dos cerrojos de la portería: Víctor Valdés y José Antonio Reina, además de con Trashorras, jugador ahora del Rayo Vallecano.

Al final, sus caminos se dividieron, pero sí algo te deja el fútbol son grandes recuerdos y buenos amigos. "Cuando vinieron aquí, Iniesta me envió dos camisetas con su nombre".

Ahora tiene la oportunidad de debutar, a sus 34 años, en el Camp Nou, 20 años después de aterrizar en la ciudad condal con los sueños de un niño en la cabeza. En 24 horas, podrá cumplir lo que es un sueño "para cualquier futbolista de Segunda B, una categoría humilde, que no suele dar estas oportunidades".

Una recompensa que no llega en el mejor momento. Los ánimos están tocados después de cinco derrotas consecutivas en liga. Pero para Curro esta será "una forma de distracción". Por eso, solo quiere que él y sus compañeros disfruten "al máximo".