El eterno alma máter y presidente del Diocesano, Gerardo Hierro, sorprende cuando cuantifica, con una exactitud a prueba de estadística empíricamente comprobable, que "este año somos 356 jugadores, aunque ha habido uno que me parece que se ha ido". Tampoco titubea un ápice cuando se le cuestiona sobre el número global de equipos: "somos 31".

Control total. Mente privilegiada, dicen desde dentro del club, pero realidades como puños. "Sí, puede que esté siendo el año más completo", globaliza mirando resultados. Y es que el club cacereño suma y sigue: quintos en División de Honor de juveniles, el 'B' también quinto en la categoría inmediatamente inferior; el de Regional Preferente asegurándose ya pelear por el ascenso a Tercera División.... por no entrar en las categorías inferiores, desde chupetines , pasando por alevín, infantil o cadete, en las que el Dioce ha sido dominador en casi todas las competiciones.

"Esta siendo una temporada muy buena. Lo estamos haciendo bien", añade Hierro, con discurso orgulloso pero comedido, sin querer ahondar en los resultados, aunque pesen positivamente, como es tradición en el club rojillo. En la entidad cacereña insisten en que lo importante es la labor social y de cantera que se está haciendo desde hace décadas.

"Hemos jugado muchos partidos, ganando muchos de ellos, pero ante todo hemos ganado muchos amigos", proclaman desde el Diocesano en su propia página web en el contexto de un club que también ha visto cómo uno de sus productos , Miguel Candela, ahora en el Sevilla, ya ha debutado --y goleado-- como internacional. Manolo Sánchez, Javi Sánchez (los dos mejores futbolistas cacereños de la historia) tienen sello Dioce , el mismo que Burgui (Castilla), Sergio Tienza (Levante juvenil), Isma Cerro (Madrid C), Juanjo Chavales (Eldense), Juanma Hormigo (Arroyo), Moisés Valencia (Valencia juvenil), David Pérez (Sevilla), Teto (Valladolid B) o José Pedro (Villarreal juvenil).

"Lo del División de Honor es un lujo para Cáceres, que sin embargo solamente tiene 2.700 euros del ayuntamiento", se lamenta Gerardo Hierro. Pero esa es otra historia.