Estaba hablando por teléfono con su novia desde Italia, el punto de concentración del Espanyol, cuando se desplomó sin remedio. El 8 de agosto del 2009, la muerte súbita se llevó por delante al capitán del Espanyol. A los 26 años, el corazón del central se paró y convulsionó el mundo del fútbol. El españolismo lloró con amargura la pérdida de un central ejemplar, tanto en el vestuario como fuera. Su amigo Andrés Iniesta le dedicó el gol del triunfo en el Mundial de Suráfrica.