Human Rights Watch (HRW) denunció este martes que el Mundial de Rusia 2018 que empieza en un mes se celebrará en un momento en el que el país anfitrión vive "la peor crisis de derechos humanos desde la era soviética", al tiempo que llamó a la FIFA a hacer valer su influencia ante las autoridades rusas.

El torneo, que tendrá lugar durante un mes en 11 ciudades rusas, tiene lugar en un "ambiente hostil y de deterioro para los derechos humanos", subraya la organización en un comunicado difundido desde Berlín con motivo de la publicación de una guía de 44 páginas sobre la materia y destinada a los periodistas que cubren el evento.

LAS LIBERTADES

HRW recuerda que las autoridades rusas "usan de manera habitual leyes restrictivas para reprimir las libertades de reunión, de asociación y de expresión" y que "los funcionarios del Gobierno emplean mano dura contra la oposición mediante la aplicación de leyes represivas e incrementando la censura en internet".

Por ello, la FIFA debería hacer valer su influencia ante las autoridades rusas para abordar abusos contra los derechos laborales -también en obras relacionadas con el Mundial-, la restricción de libertades fundamentales y la continua represión a los activistas pro derechos humanos.

EL ESCÁNDALO DEL DOPAJE

HRW llamó asimismo a la FIFA a interceder por el periodista de deportes Hajo Seppelt, de la televisión pública alemana ARD, quien había informado ampliamente sobre el escándalo de dopaje en Rusia, y que se que se ha visto excluido del Mundial después de que el país anfitrión le haya negado el visado.

"La FIFA todavía tiene tiempo de demostrar que está dispuesta a hacer valer su influencia ante el Gobierno ruso para cumplir sus propias políticas de derechos humanos. Es en su interés garantizar que este bonito juego no se vea ensombrecido por un ambiente desagradable de discriminación y represión, declaró el director de HRW para Europa y Asia Central, Hugh Williamson.