Deportivo de la Coruña: Munúa; Scaloni, Coloccini, Andrade, Romero; Víctor (Munitis, m.77), Mauro Silva, Sergio, Luque; Valerón (Duscher, m.83); y Tristán (Fran, m.66).

Málaga: Arnau; Gerardo, Fernando Sanz, César Navas, Valcarce; Juan Rodríguez, Juanito, Romero (Amoroso, m.75), Duda; Miguel Angel (Edgar, m.77); y Baiano (Wanchope, m.75).

Goles: 1-0, m.45 (+1): Tristán de penalti.

Arbitro: Velasco Carballo (colegio madrileño). Mostró cartulinas amarillas a Valerón, Víctor, Coloccini y Duscher por el Deportivo. Expulsó a Cesar Navas del Málaga por doble amarilla (minutos 46 y

88).

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo séptima jornada de Primera división disputado en el estadio Riazor ante la presencia de 20.000 espectadores.

El Deportivo cortó la victoriosa racha del Málaga, que cayó en Riazor tras cuatro victorias consecutivas, y le permite seguir enganchado a la lucha por Europa gracias a un penalti transformado por Diego Tristán y varias paradas salvadoras de Munúa.

El Deportivo de la primera mitad fue ese equipo en decadencia, con todos los indicios de fin de ciclo, que no encuentra un patrón de juego y se ampara a la calidad individual de sus jugadores ofensivos, especialmente de Valerón.

Atascado, ante un Málaga con ideas claras que se marchó al descanso con un castigo demasiado severo tras el único error infantil que cometió. Posicionado, disciplinado y con los papeles claros, el conjunto de Antonio Tapia no encontró un premio merecido.

Supo tener superioridad en los puestos que decidían el partido. Ahogado Mauro Silva ante la incansable presión de Juanito y Romero, la defensa, liderada por Fernando Sanz que cumplía 200 partidos en Primera división, siempre fue superior en una zona donde se ausentaban los deportivistas y Tristán se veía encerrado y sin salida.

Pasaba un minuto de la hora cuando Duda cometió un error que terminó pagando caro su equipo. Derribó perdiendo el equilibrio dentro del área a Scaloni en una acción sin aparente peligro. Tristán aprovechaba el regalo y daba una inmerecida ventaja con el tiempo ya superado.

El marcador obligaba a cambiar el panorama en la reanudación, pero ni con la aparición de espacios el Deportivo se reencontró con su fútbol y un estilo de juego que ya pocos recuerdan por Riazor. El Málaga lo intentó, pero no consiguió nada.