La lluvia deslució ayer el espectáculo de despedida que tenía preparado el Cacereño en su adiós a la Segunda División B. Ni acudieron los más de quinientos escolares esperados por el club verde --fueron no más de trescientos-- ni la grada se quedó sin pronunciarse unánimemente ante Díaz y Campo. Es más, el director general de la entidad, José Ignacio Aguinaga, en el descanso, y el propio Félix Campo, al final del partido, se encararon con algún aficionado que pidió explicaciones por la falta de cumplimiento en las promesas del empresario salmantino y por sentirse engañado.

Bajo la lluvia

Los 67 valientes que en pleno mes de mayo y con amenaza de lluvia acudieron a la zona de Preferencia, pudieron disfrutar del privilegio que les concedió la directiva verde permitiéndoles ver la segunda mitad a cubierto, aunque en la última fase de la primera se chuparon una buena tormenta. Pero a los rectores verdes la medida se les volvió en contra, pues algunos miembros del Escuadrón Verdiblanco amenizaron la lánguida velada coreando con sorna algunas de las máximas del proyecto de Ismael Díaz ante la carcajada general. "Deporte es ilusión... en Tercera División", "Ismael, selección" o los gritos de "Campeones, campeones" decoraban con nota de humor la vuelta del Cacereño a su maldito lugar natural, la Tercera División.

Ahora llega un periodo de tres meses de reflexión y la campaña de socios dictará sentencia...