La deportividad, ese concepto a veces tan abstracto, es una de las cualidades prioritarias que tienen que presidir cualquier competición. Durante años se ha hablado sobre la ´alianza´ de los clubs de fútbol vascos, que en encuentros decisivos se han ayudado, digamos suavemente, levantando el pie del acelerador a lo largo de los 90 minutos. Eso no es deportividad. Por ello, y aunque más de uno no me entienda, me ha parecido de una deportividad increíble lo que han hecho los jugadores del Habitacle. Sin jugarse nada más que la honrilla, ya que estaban descendidos, vencieron su partido... y precipitaron el descenso del Mérida Patrimonio. Lo siento, pero a mí me parece bien que los pacenses quisieran vencer. Ese es el deporte. Esa es la deportividad. Por cierto, he aquí la gran diferencia entre el fútbol y el baloncesto: en fútbol no se logra seguir en una categoría en los despachos. En basket, a veces sí. Ya lo hizo el Doncel en un par de ocasiones. Ahora quiere hacerlo el Habitacle...