Casi un año después de descender al infierno de Tercera, el Cacereño tiene la oportunidad de regresar al cielo de Segunda B. Un partido le separa de la gloria, el que comienza a las 12.00 ante el filial del Deportivo de la Coruña (Canal Extremadura y Radio Sansueña Cáceres) y en un escenario de Primera, Riazor, un campo de lujo donde los verdes pretenden iniciar su fiesta del ascenso.

La mitad de la eliminatoria se ha consumido, 90 minutos en el Príncipe Felipe que acabaron sin goles y que dejan todo pendiente de Riazor, aunque con la ‘ventaja’ de que al Cacereño le vale cualquier empate con goles.

El miedo y el respeto fueron las notas predominantes en el partido de ida, donde ambos equipos primaron, sobre todo, no encajar gol alguno. Lo consiguieron, pero eso no les vale ya hoy si no quieren acabar en la lotería de los penaltis después de 120 minutos de juego, los 90 reglamentarios y los 30 de la prórroga.

«Ellos jugarán a un ritmo mayor, con más fútbol combinativo y aprovechando su velocidad», vaticina Adolfo Muñoz, técnico del CPC, que añade que sus jugadores deben saber aprovechar sus armas. «Lo más importante es que nosotros vayamos a por el rival cuando tengamos oportunidad», recalca el preparador, que no cree que el escenario ni el mucho público que se espera vaya a intimidar a sus jugadores. «Que lo aprovechen para motivarse y disfrutar», apunta.

DOS AUTOBUSES / El Dépor B tendrá el apoyo de su afición (se espera una buena entrada de público local), pero también el Cacereño, que contará con los ánimos de casi dos centenares de incondicionales. Muchos de ellos, los que viajan en los dos autobuses fletados por el club (uno de ellos pagado por el ayuntamiento), han viajado de madrugada para bajarse a las puertas de Riazor y ponerse a animar a los verdes.

El gran esfuerzo de todos esos aficionados será una motivación extra para la plantilla del Cacereño. «Vamos a dejarnos el pellejo por ellos», decía el viernes Fernando Pino, «hay que salir a tope pensando en ellos».

No se esperan demasiadas modificaciones en el once de Adolfo Muñoz respecto al partido de ida. Kevin, además, sigue siendo la gran duda. El argentino, ausente en el duelo del Príncipe Felipe, sigue con problemas, aunque ha completado las dos últimas sesiones de trabajo con el grupo. También tiene molestias Carlos García, como hace una semana, pero la participación del brocense parece innegociable y no solo porque no tenga un sustituto natural, sino por su enorme potencial tanto defensivo como ofensivo.

Santi Polo podría entrar en el lateral izquierdo en lugar de Pablo Molina y Martins sustituir a alguno de los de arriba para aprovechar su velocidad en algún contrataque, pero poco más.

El Cacereño acaricia el premio por el que empezó a pelear en agosto. Puede abrazarlo hoy o, como mal menor, posponerlo a finales de junio, aunque el camino largo es muy duro.