DEPORTIVO 1: Juanmi; Héctor, Andrade, Naybet, Romero; Scaloni, Sergio, Duscher, Fran (Amavisca; min. 59); Makaay (Luque; min. 79) y Tristán (Valerón; min. 69).

BASILEA 0: Zuberbühler; Haas, Zwyssig, Quennoz, Atouba; Barberis (Tum; min. 73), Huggel; Varela (Rossi; min. 58), Yakin, Chipperfield; y Giménez.

GOL: 1-0; min. 4, Tristán.

ARBITRO: Stéphane Bré, de Francia. Amonestó con tarjeta amarilla a Varela (min. 46), por parte del Basilea.

INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la cuarta jornada de la segunda fase de la Liga de Campeones.

El Deportivo logró una victoria por la mínima ante el Basilea en Riazor que le proporciona muchas opciones de conseguir el pase a cuartos de final.

Los coruñeses se encontraron con un gol tempranero de Diego Tristán y mantuvieron, aunque con sufrimiento, la ventaja hasta el final. El triunfo de los deportivistas y la derrota del Juventus en el otro encuentro del grupo D dejan a los de Irureta empatados con los italianos, con los que se enfrentarán la próxima jornada, en el segundo puesto, con un punto de ventaja sobre el Basilea, y a ocho del ya clasificado Manchester.

Los gallegos, que conservaron el olfato de la última goleada ante el Alavés en Liga, supieron sacar petróleo del único disparo entre los tres palos de la primera mitad para adelantarse en el marcador cuando tan sólo habían transcurrido cuatro minutos del encuentro. Diego Tristán volvió a mostrar su oportunismo y aprovechó un error del cancerbero rival que no pudo despejar un centro pasado de Héctor, para enviar, a placer, el esférico al fondo de las mallas de la portería suiza.

Con el gol, los blanquiazules pasaron a jugar con un resultado

óptimo teniendo en cuenta el marcador que se daba en el otro encuentro del grupo D, en el que el Juventus caía en casa ante el Manchester.

Así las cosas, los de Irureta dejaron el dominio de la pelota en poder de un Basilea que tuvo buenas ocasiones para al menos equilibrar el resultado antes del descanso. Sin embargo, los helvéticos las dilapidaron ante la pasividad de la zaga local, que pasó por más de un apuro.

Tras la reanudación cambiaron las tornas. El Dépor empezó a hacerse dueño del partido, a tener la posesión y a impedir que el Basilea amenazara a Juanmi. Pero a pesar de sentirse muy cómodo sobre el césped, careció de pegada. Y es que, desde el gol de Tristán, sólo Makaay probó a Zuberbühler con un disparo desde el área pequeña que el meta despejó con problemas. Mientras, el Basilea tampoco inquietó demasiado.