Mérida: Segura, Moreno, David Pirri, Pepín, Muiño (Plá, min. 71), Juan Jesús (Israel, min. 56), Pablo Niño, Juan Carlos, Carlos Rubén, Cuevas y Carreño.

Villanovense: Emilio, Jaraiz, Lasarte, Dani Fernández, Carlos, Pinto, Ochoa, Edu Jurado (Tete, min. 49), Moraga (Valverde, min. 75), Sánchez y Willy (Jorge, min. 61).

Goles: 0-1, min. 64: Jorge. 1-1, min. 82: Carlos Rubén.

Arbitro: Sánchez López. Andaluz. Mal. Amonestó a los visitantes Emilio, Pinto, Ochoa, Edu Jurado y Tete, y al local Muiño, además amonestó al entrenador emeritense Jaime Molina y expulsó al preparador físico del Mérida Gabriel Reyes.

Incidencias: Partido disputado en el Estadio Municipal Romano ante la presencia de 2.000 espectadores.

Muy estudiado tenía el entreador del Villanovense, Alberto Parras, al Mérida. Más concretamente al peligro de sus bandas y supo eliminarlas a la perfección. Con cinco defensas bien plantados más las ayudas de los dos medios centros, el Mérida tenía que tirar de toda la magia posible para abrir esa lata que se hizo más fuerte tras el gol de cabeza de Jorge en el 64. Precisamente, la magia de Carlos Rubén con un zapatazo inapelable a la escuadra derecha de la portería de Emilio hizo que su equipo arañara un punto.

El propio Carlos Rubén pudo ser la clave del juego emeritense. La baja por acumulación de tarjetas de Segovia le retrasó su posición habitual junto a Juan Carlos, por lo que su teórica función de enganche nunca fue capaz de hacerla, además de arriesgar en exceso el balón veinte metros más atrás de lo que él suele hacer, por lo que sus pérdidas se convertían en contragolpes peligrosos para los de Parras. En una de esas pérdidas, se vio obligado el diez de los emeritenses a hacer falta y a renglón seguido se adelantaban los serones.

LAS DOS LECTURAS Si además de los goles se valoraran más cosas para ganar un partido, los puntos podían haber viajado a Villanueva o haberse quedado en Mérida. Si se valora el trabajo defensivo, los verdiblancos estuvieron perfectos. Los laterales Jaraiz y Lasarte le ganaron la partida a Juan Jesús y Pablo Niño, y después a Israel. Cuevas y Carreño no tuvieron un solo metro libre, mientras que Juan Carlos y Carlos Rubén no hacían efectiva la mayor posesión de pelota.

Ahora bien, si lo que se pudiera tener en cuenta fuera la posesión y los remates a portería, ahí el Mérida estuvo mejor. El peso del partido siempre fue local (como suele ser habitual en todos los encuentros), pero las ocasiones también.

El Villanovense en toda la primera mitad tuvo un remate de Ochoa de cabeza que salió desviado, mientras que en la segunda no llegó a disparar a excepción del gol, sí dio sensación de peligro en jugadas a la contra, pero siempre fallaba el último pase, el decisivo.

El Mérida, por su parte, arrancó el encuentro con una grandísima ocasión en el minuto dos que en caso de materializar hubiera cambiado por completo el encuentro. Carreño, tras una dejada de cabeza de Cuevas, remató, también con la testa, por encima del travesaño.

Ya en la segunda parte, Cuevas tuvo primero un mano a mano que despejó Emilio y en el descuento un remate desde dentro del área que salió desviado.

En definitiva, un empate justo en un encuentro de rivalidad poco vistoso para los aficionados y que no vale para ninguno de los dos equipos, que siguen lejos de sus objetivos iniciales de principios de temporada.