El día de fiesta estaba programado pasara lo que pasara en el partido contra Ucrania. Los jugadores lo afrontaron con el ánimo por las nubes y se marcharon a compartir algo más de 24 horas con sus familiares, amigos y prometidas tras una ligera sesión preparatoria de recuperación a puerta cerrada a primera hora. No volverán hasta la dos de la tarde de hoy.

La mayoría pasó de los periodistas, que acudieron a visitar las instalaciones donde la selección está concentrada. Luis Aragonés, que pactó con su mujer e hijos una visita solo en el caso de llegar a semifinales, se quedó en el complejo, pero no se dejó ver el día después de su mejor noche al frente del equipo español.

Fernando Torres fue de los pocos que atendió a los informadores antes de marcharse para encontrarse con sus padres. Su novia no llega hasta el lunes. El delantero del Atlético, uno de los más destacados, alertó de las consecuencias negativas que puede acarrear perder la perspectiva por un triunfo tan brillante. "No nos podía salir mejor y eso es bueno para coger confianza, pero malo porque va a haber mucha euforia. Tenemos que intentar aislarnos de todo eso para que no nos envuelva a nosotros y nos creamos que hemos conseguido algo más que tres puntos. Hay que afrontar el partido con la misma tensión que ante Ucrania", declaró el delantero del Atlético.

Carles Puyol había sido más precavido todavía la noche anterior. "Hemos hecho buen juego, hemos marcado goles, pero tenemos dos partidos más que van a ser complicados. Lo vamos a pasar mal y tenemos que estar todos juntos porque así todo es más fácil. Hay que ir paso a paso. También en la Eurocopa se ganó el primer partido y luego quedamos eliminados. Fue un desastre. Nos tiene que servir de experiencia. Tenemos que tenerlo en mente", afirmó el central barcelonista, que casi se sonroja cuando le dijeron que pareció Zidane en la jugada del cuarto gol: "¿Yo Zidane? Ni mucho menos. El es un grandísimo jugador y yo no me puedo comparar con él".

David Villa, autor de los primeros tantos, se siente liberado. "Se había dudado mucho de nosotros y teníamos ganas de hacer algo así para demostrar que España tiene un gran equipo y puede aspirar a todo", declaró a la agencia Efe el delantero del Valencia, que no descarta que la selección española pueda ofrecer espectáculos tan gratificantes como el del miércoles. "Confiábamos en nosotros, sabíamos que lo podíamos hacer y sabemos que lo podemos hacer más veces" reseñó.

ESPERANZAS Si lo visto ante Ucrania se confirma, la selección española tiene mucho que decir en el Mundial de Alemania. Solo es un partido, conviene no dejar de pisar el suelo pero es la sensación general que ha dejado la exhibición de España en su debut. De ser considerada nuevamente como un actor de reparto con más o menos protagonismo ocasional, el mundo del fútbol no ha tenido más remedio que volver la vista a quien aspira con fundamento a desplazar a los históricos primeros actores de la fiesta mundialista.

Es la fijación que tiene Luis Aragonés desde que se hizo cargo hace dos años de la dirección técnica de la selección española. Un periodo con más sombras que luces, con un balance poco prometedor, pese a los 22 partidos sin conocer la derrota.