Fútbol es fútbol, ya lo dijo Vujadin Boskov, da igual si jugándolo desde la banda derecha o siguiéndolo desde el despacho de un club. "Es como una droga, esto es muy complicado dejarlo". Así de taxativo se muestra Mariano Hoyas, exjugador de Deportivo, Celta, Mérida o Recreativo, cuando se refiere a su nueva aventura en el fútbol como secretario técnico de la Unión Polideportiva Plasencia. Atrás quedó el largo carril de un césped y por delante se presenta todo un reto: devolver los pasados laureles de gloria al club que le vio nacer como futbolista. "La situación está complicada en el tema económico, sobre todo porque otros años se habían hecho muchas locuras. Por suerte, podemos decir que la deuda ya está subsanada gracias al esfuerzo de los actuales directivos y varios colaboradores. Ahora lo que se necesita es trabajar con cabeza y aferrarnos al presupuesto e intentar competir contra otros que nos triplican".

Mariano intenta aplicar día a día la experiencia que ha ido ganando en su paso por el fútbol nacional. Hay mucha labor de despacho, de dar el visto bueno a nuevos fichajes o de rentabilizar hasta el último euro. Sin embargo, el secretario técnico placentino se muestra entusiasmado con el trabajo con la cantera: "Llevamos cuatro o cinco años sacando jugadores a clubes importantes y eso se debe a que las cosas se están haciendo bien, a que hay gente que pone mucho esfuerzo en ´currar´ con los críos. Hay jugadores jóvenes muy, muy buenos, que dentro de dos o tres años van a ser una base muy buena para el club". En este sentido, la presencia de Mariano en la UPP ya empieza a notarse, sobre todo con las relaciones con otros clubes. Así, la joven promesa Chencho estuvo visitando las instalaciones de Riazor gracias al permanente contacto con el Depor, aunque el jugador decidió finalmente fichar por el Valencia.

Es entonces, al hablar de la cantera, cuando salta a la mente la época dorada de la cantera de la UPP. Aquella que vio en el mismo equipo a jugadores como el propio Mariano, su hermano Manolo, César Sánchez, Juanma Barbero, Luisma o Melo. "No se pueden comparar, aunque sí veo alguna diferencia. Para nosotros, lo realmente importante era poder jugar, pero ahora los chavales ya empiezan a pedir dinero sin ni siquiera saltar al campo. Ahí se equivocan".

Relaciones a alto nivel

La presencia de Mariano en la UPP ya empieza a notarse, sobre todo con las relaciones con otros clubes. Así, la joven promesa Chencho estuvo visitando las instalaciones de Riazor fruto del contacto con el Depor, aunque el jugador acabó fichando por el Valencia.

El hijo pródigo más significativo del fútbol placentino ha vuelto a casa. Dejó al equipo en Segunda B hace más de 15 años y quiere dejarlo donde estaba. Un regreso que, según el propio Mariano, estaba cantado: "Nunca pensé en quedarme a vivir en otro sitio. Mi familia, mi mujer y mis amigos son de Plasencia, y no he encontrado otra ciudad con tanta de calidad de vida".