Valencia 0: Hildebrand, Miguel, Caneira (Alexis, m.46), Helguera, Moretti, Maduro (Morientes, m.25), Baraja, Silva, Arizmendi, Mata y Villa (Joaquín, m.61).

Mallorca 3: Moyá, Héctor, Ramis, Nunes, Fernando Navarro, Varela, Basinas (Borja Valero, m.78), Ibagaza (Trejo, m.85), Jonás, Arango y Güiza (Webó, m.74).

Goles: 0-1, m.11: Dani Güiza. 0-2, m.19: Iván Ramis. 0-3, m.51: Dani Güiza.

Arbitro: Alvarez Izquierdo (colegio catalán). Amonestó por el Mallorca a Ramis y Héctor y por el Valencia a Miguel.

Incidencias: partido disputado en el campo de Mestalla ante 40.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones y tarde agradable.

El Real Mallorca se impuso por primera vez en su historia en Mestalla, en un encuentro que encarriló pronto, con dos tantos en los primeros veinte minutos, ante un rival desquiciado como en casi todos los partidos que ha jugado en casa en esta Liga y en el que nunca creó verdaderos problemas al equipo mallorquín.

La superioridad del equipo visitante no ofreció discusión salvo en los primeros diez minutos del encuentro y su triunfo fue incluso placentero, ante un rival a la deriva, con graves problemas defensivos y sin ideas en ataque, al que venció a base de sosiego, buena colocación y claridad en el fútbol que propuso.

Nadie podía pensar que el equipo que estaba a merced de los mallorquinistas, el Valencia, había eliminado al Barcelona de la Copa del Rey y ganado en Liga en el campo del líder en tan sólo cuatro días.

El Valencia inició el encuentro bastante centrado, con el ánimo obtenido tras sus últimas victorias, y llevó la iniciativa en el juego hasta que en la primera acción ofensiva del Mallorca, a los once minutos, llegó el 0-1 marcado por Güiza.

La falta directa colocada por Ramis en el ángulo derecho de la portería de Hildebrand supuso el 0-2, dio una moral espectacular a su equipo y obligó al Valencia a buscar la heroica con setenta minutos de partido por delante.

Las alternativas al principio del segundo tiempo estuvieron al cincuenta por ciento, pero fue Güiza, de cabeza, quien cerró el partido con un cabezazo cuando todavía quedaban cuarenta minutos. Tras ese gol, el cuarto del Mallorca pareció más próximo que el del honor local.