15 de febrero del 2002. Federación Catalana de Fútbol. Y un nombre eterno: Lionel Andrés Messi. El Fútbol Club Barcelona acababa de inscribir a un pequeño jugador rosarino que soñaba con ser futbolista. Nada que no hubieran hecho hasta el momento los dirigentes de la Masia. La ficha de Messi era una más; aunque pronto se convertiría en la más preciada del club.

Aquel 15 de febrero, los azulgrana cambiaron su historia casi sin querer. Creyeron estar inscribiendo a un canterano más pero dieron de alta al mejor jugador del mundo Inscribieron a Messi, le dotaron de ADN azulgrana, le hicieron crecer (física y futbolísticamente) y lo convirtieron en lo que es: un mito del barcelonismo.

16 años de gloria

Han pasado 16 años desde esa primera ficha y el rumbo del Barcelona ha cambiado por completo. La campaña 2001-02, la primera de Messi como azulgrana, fue una temporada en blanco para el club. El primer equipo quedó cuarto en la Liga, a 11 puntos del campeón, el Valencia, fue eliminado en la primera ronda de la Copa del Rey y cayó derrotado en los cuartos de final de la Champions League. Una mala temporada que, sin embargo, ahora es recordada como ilustre, pues fue la primera del jugador más determinante de la historia azulgrana.

16 años más tarde, el equipo es otro. Y lo es gracias a Messi. El argentino, que ya ha disputado 619 partidos oficiales con el primer equipo, es el líder de un conjunto que no se cansa de ganar. Lo hizo con Guardiola, con el que marcó una época, con Tito Vilanova, con Luis Enrique y, ahora, quiere hacerlo con Valverde.