Camino a la recepción del Ayuntamiento de Cáceres, ya por la tarde, el alma máter (con él empezó todo), Gerardo Hierro, no lo dudaba: «sí, está siendo uno de mis mejores días». El eterno presidente del Diocesano había tenido una mañana «muy emotiva»: primero ofreciendo el ascenso a Tercera a la Patrona de la ciudad, la Virgen de la Montaña, con el obispo de la diócesis de Coria-Cáceres, Francisco Cerro, y después en el colegio, el germen del club, el espíritu.

En el Diocesano José Luis Costallo los niños «de cinco-seis años nos han chocado las manos. Qué bonito ha sido». Hierro se iba a la esencia del Dioce, nacida ahí, en el inicio de Pinilla, y donde este año practican el fútbol 400 deportistas. Gerardo seguirá al frente; el técnico, Miguel Ángel Ávila, también; y casi todos los futbolistas (incluido el veterano, el meta Capea), continuarán disfrutando.