Cuatro victorias consecutivas no es algo fácil de conseguir para un equipo recién ascendido a Tercera Divisón. Más aún si se tienen en cuenta los objetivos que se marcaban acordes a la humildad del club que representa. De hecho solamente Cacereño, Don Benito, Plasencia y Coria han conseguido una racha similar a lo largo de la temporada. El líder, de hecho, también ha sumado 12 puntos en el primer mes de 2018.

Ya nadie lo duda: el Diocesano es la revelación y el mejor equipo de los que se han puesto el primer listón en la permanencia, y está sacándole punta a una temporada que está siendo histórica para uno de los clubes más importantes de Cáceres, sobre todo por su escuela de fútbol cuyos frutos no paran de crecer.

Debutaron con seis puntos, luego siguieron sumando con regularidad hasta ponerse por encima de la mitad de la tabla, aunque una mala racha de tres derrotas a final de año les puso de nuevo los pies en el suelo.

Pero 2018 empezó con la sorpresa en campo del entonces líder, el Moralo, y no han dejado de ganar hasta entonces. Siguieron Jerez, el Azuaga y por último Santa Amalia, redondeando un primer mes perfecto. «Era un partido que sabíamos que iba a ser complicado porque Santa Amalia tiene la necesidad imperiosa de ganar para salir de abajo. Nos costó un poco más de la cuenta en la primera parte pero en la segunda con el viento a favor, el equipo se sintió mejor y con un par de cambios tácticos nos pusimos por delante», explica Miguel Ángel Ávila, su entrenador.

Con estos últimos tres puntos están en la séptima posición con 34 puntos, el doble que el equipo que marca el descenso, el Aceuchal. También son los que supusieron el descenso temporada pasada, pero aun así su técnico no se fía: «El objetivo aun no está cumplido. Tenemos una posición envidiable, eso está claro, pero nos quedan 15 partidos por jugar y mínimo hay que sumar 40 para estar tranquilos. Además hay que tener en cuenta los posibles arrastres si hay algún descenso de 2ª B».

La unión dentro

Según Ávila, el secreto del éxito se encuentra en la gran unión del vestuario. «Mucha gente se puede sorprender por la marcha del equipo pero yo no me sorprendo tanto porque les veo entrenar todos los días y la competitividad que hay entre los 22 jugadores es muy alta y eso se traslada al domingo. SI mantenemos esa intensidad hasta el final de temporada creo que el equipo va a seguir rindiendo a buen nivel»

De lo que depare el futuro no se preocupa, le gusta pensar más en el presenta, en el gran momento e intentar lograr que dure lo máximo posible: «A corto plazo solo pienso en el partido siguiente. Ambiciosos somos, y nos gustaría seguir mejorando, aunque más que mirar el futuro toca observar el presente y sobre todo disfrutarlo, porque a lo mejor no le estamos dando el valor suficiente a lo que estamos consiguiendo».