Antes del verano regresó Fouto, aunque fuera encarnado en hijo. Acaba de volver Pedro Nieto. Y es que esto del fútbol no deja de ser previsible, por lo cíclico. Hace poco, estos dos superpersonajes del fútbol extremeño eran atacados desde todos los flancos, acusados de haber hundido ambas naves. Y ahora retornan jaleados por el aficionado medio, ése que durante los últimos meses ha recordado que los Gruart, Juanito --y sobre todo en Cáceres con Félix Campo-- son unos advenedizos en esto de dirigir clubs de fútbol, que no sienten la camiseta y que los que entienden son los clásicos, los genuinos dirigentes que, en el caso de Mérida y Extremadura, han llevado a dos modestos a lo más alto. Puede que tengan razón, aunque en ejemplos como el de Cáceres esto no hay quien lo arregle. Es una lástima que el empresario salmantino no haya vendido, pese a los 365 ´kilos´ de Martínez Doblas. ¿Tendrá que volver el bueno de José Félix Nevado?, podríamos preguntarnos, ya puestos.