"No tiene ningún mérito" dice, apresurándose a quitar hierro a su discapacidad, "es de nacimiento y ya estoy acostumbrado a competir de esta manera". Aaron Núñez, ala pívot del Clipeus Nazareno, rival sevillano el sábado, a partir de las 17.30 horas en el Pabellón Multiusos, del Forma Cáceres, nació con un brazo considerablemente más corto que otro lo que no le impide desarrollar la práctica del fútbol sala con absoluta normalidad.

Esta anomalía física no es óbice para que el jugador haya destacado, a sus 24 años, como un excelente futbolista. No en vano, Núñez militó el año pasado en dos clubes andaluces y en ambos destacó como un excelente goleador.

La primera parte de la temporada 2007/2007 jugaba en las filas del Andújar de División de Plata, al que decidió abandonar por problemas personales que le impelían volver a Sevilla. En el ecuador de la pasada campaña, el jugador que pertenecía al Nazareno pero no podía jugar con otro club en División de Plata, hubo de ser cedido al Triana, que militaba en Primera Nacional A. En ambos conjuntos se destapó como un goleador de garantías, logrando más de veinte tantos con ambos equipos.

Técnica y desparpajo

"Si algo me caracteriza es la técnica, el desborde en el uno contra uno", revela sin falsa humildad. Sus primeros pasos esta temporada fueron un tanto dubitativos. No contaba con la confianza del entrenador sevillano y ha tardado en ganarse un puesto. "Ahora todo va mejor. Soy titular de cinco partidos para acá y me voy afianzando cada vez más en el equipo", confirma pese a no haber destapado su faceta goleadora.

Respecto al Forma Cáceres, reconoce no saber demasiado, aunque "por mis informaciones es un buen equipo que no ha explotado todavía". "Esperemos que no despierte este sábado y podamos anotarnos una victoria que también a nosotros nos hace mucha falta", remacha.

Desparpajo no le falta. Cree en sí mismo. Solo ha marcado un gol, "pero no me obsesiona. Sé que si sigo trabajando, acabarán llegando".