Los entrenadores que tuvo José Manuel Calderón al inicio de su carrera profesional destacan sobre todo dos aspectos de su personalidad, muchas veces contradictorios. Sin embargo, en el caso del base villanovense la disciplina y la ambición nunca han estado reñidas. "Es un jugador que nunca me dio ningún problema, jugase mucho o poco, pero que sabía que triunfaría", afirma Andreu Casadevall, que le hizo debutar en la Liga LEB con 17 años en Alicante.

A menos de una semana en su debut en la NBA con Toronto Raptors, cuesta enorme trabajo encontrar a alguien que diga una sola palabra negativa sobre él. "Siempre se ha visto que tenía un gran potencial. Era una esponja: absorbía todo lo que podía y te respetaba al máximo. Todos veíamos que podía llegar a lo más grande", cuenta Oscar Quintana, que le dirigió en la campaña 2001-02 en el Fuenlabrada. "Aceptó perfectamente ejercer de sexto hombre , aunque seguramente podía pensar que merecía más minutos", añade.

Quintana, ahora en paro tras entrenar la última campaña a CAI Zaragoza y Caja San Fernando, le define con precisión: "es ambicioso, pero no pierde la paciencia". De hecho, no se corta al considerarle "con mayor potencial que Tony Parker", el base francés del campeón, San Antonio Spurs.

La visión de Casadevall

En 1999, Calderón era apenas un adolescente, pero en Alicante se apostó fuerte por él. "Alfredo Salazar --secretario técnico del Tau-- me llamó y me dijo que podía jugar en LEB, pese a su juventud. Decidimos ir adelante con él y logramos el ascenso a la ACB", recuerda Casadevall. "Le conocíamos, pero aún así nos sorprendió su fuerza descomunal. Con los años además ha aprendido a controlar el ritmo de los partidos", agrega.

En su opinión, una persona fundamental para su éxito ha sido su padre, el exjugador José Calderón, y su madre. "Son dos personas maravillosas que le han apoyado siempre, pero que jamás se han inmiscuido en nada de lo que es su carrera. Es un chico muy educado", dice.

Una visión complementaria es la de Charly Sainz de Aja, seleccionador junior cuando Calderón logró el oro en el Europeo de Bulgaria y en el Torneo de Mannheim: "es serio y trabajador. De físico ha cambiado poco, siempre ha sido fuerte y con gran salto y en lo que ha mejorado es en el tiro y en ser base-base". Seguramente la espina de su carrera es no haber sido campeón del mundo en Lisboa en el 1998 con la selección de sus amigos Pau Gasol, Raúl López y Juan Carlos Navarro. "Recuerdo que decidió operarse los tobillos y tuvo que renunciar", apostilla Sainz de Aja.

Los tres entrenadores coinciden en que triunfará en América. "El juego de la NBA le viene bien a él", asegura Quintana, que está de acuerdo con Casadevall y Sainz de Aja en que estar en un equipo teóricamente flojo y sin muchas presiones como Toronto le beneficiará, como ocurrió en su momento con Pau Gasol y Memphis. Precisamente anoche los Raptors cerraron la pretemporada ante Portland Trail Blazers.