Las aficiones del Recreativo de Huelva y el Real Mallorca disfrutaron con pasión pero sin excesos de la fiesta del fútbol que se organizó en el estadio Martínez Valero de Elche.

Además de coronar al nuevo campeón de la Copa del Rey, el partido del Martínez Valero, lleno hasta la bandera con la presencia de 37.000 aficionados, sirvió como clausura de la temporada 2002-2003, si bien hoy aún se disputan algunos encuentros de Segunda División.

Sin embargo, el ambiente festivo, con dos aficiones volcadas por completo con sus respectivos equipos, ataviados con los colores característicos de ambas formaciones, supuso que este partido se conviertiera en fin de fiesta.

La afición mallorquinista, algo más acostumbrada a este tipo de eventos, se tomó el día con calma y su ánimo fue en aumento conforme pasaron las horas. No así la onubense, que no cesó en entonar cánticos de ánimo durante toda la jornada. Las carpas situadas en los aledaños del Martínez Valero sirvieron de punto de encuentro de ambas aficiones que, en cualquier caso, convivieron a lo largo del día con total normalidad, incluso, con cambios simbólicos de camisetas que simbolizaban la camaradería entre ambos equipos.

AFICION ENTREGADA

El momento álgido de la previa al choque llegó con la llegada al campo de los dos equipos. Al grito de "Recre, Recre", los pupilos de Lucas Alcaraz fueron los primeros en hacer acto de presencia.

Los aficionados onubenses eran mayoría a la entrada de vestuarios, pero tuvieron que luchar con los animosos aficionados del Mallorca, que fueron espoleados por el delantero camerunés Samuel Eto´o, que demostró estar preparado psicológicamente para la final, al ser el primero en insuflar ánimos a su afición.