ESPAÑA: Camps (2), Laia Palau (7), Amaya Valdemoro (18), Ingrid Pons (14) y Betty Cebrián (7) --quinteto inicial-- Rosi Sánchez (8), García (10), Ferragut (3) y Pascua (2).

RUSIA: Artechina (17), Baranova (14), Skopa (16), Ossipova (11) y Arkhipova (12) --quinteto inicial-- Rakhmatulina (-), Korstine (6), Kalmykova (2).

MARCADOR POR CUARTOS: 12-25, 35-40 (descanso), 54-61 y 71-78 (final).

INCIDENCIAS: Semifinal en el Campeonato de Europa de baloncesto femenino. En la otra semifinal, la República Checa se impuso a Polonia por 74-66. Hoy Rusia y la República Checa pelearán por el título continental.

La selección española, que había derrotado a las rusas en la fase de clasificación, no pudo con ellas anoche y hoy disputará la medalla de bronce del campeonato de Europa ante Polonia y la posibilidad de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Atenas, mientras que Rusia y la República Checa jugarán la final.

La selección española empezó muy floja el partido, lo que permitió al combinado ruso, que se mostraba más fuerte físicamente que el español, irse en el marcador, alcanzando una ventaja que siempre rondaba los diez puntos.

España, con muchos fallos en el tiro, vio como su mejor jugadora a lo largo del torneo, Amaya Valdemoro, tenía que irse al banquillo al cometer su segunda falta personal mediado el primer cuarto. El equipo nacional no era capaz de encarar con garantías el juego de ataque, lo que le hizo atascarse en numerosas ocasiones con lanzamientos muy desafortunados a canasta.

EL PEOR MOMENTO

Rusia alcanzó su ventaja más amplia (17 puntos) a la mitad del segundo cuarto, a raíz de lo cual las españolas comenzaron a reaccionar, aunque la defensa zonal de las de Vicente Rodríguez no era capaz de parar a las rusas, que seguían encestando, con canastas al borde de la posesión.

Sin embargo, España tuvo una fulgurante reacción en el último minuto del segundo cuarto, y con una excelente actuación de la base Begoña García consiguió recortar la ventaja hasta los cinco puntos (40-35). Las esperanzas españolas crecían por momentos y el sueño de la final comenzaba a tomar peso.

En el tercer cuarto llegaron a contar las españolas con un solo punto de desventaja, mejoró el juego interior, pero las jugadores de fuera, a pesar de lograr recortar diferencias con tres lanzamientos triples, no lograron inquietar a las rusas, cuyo dominio del rebote les permitió terminar siete puntos de ventaja (61-54).

Aunque en el último cuarto las españolas siguieron intentándolo y un triple de Rosi Sánchez las volvió a acercar a cuatro puntos, a falta de tres minutos, los fallos en el contraataque las dejaron sin posibilidades de alcanzar la final y hoy deberán jugarse ante Polonia el pasaporte para Atenas. Las españolas esperan ofrecer el buen juego demostrado durante todo el campeonato.