El Díter, que recupera al capitán Juanma tras superar la lesión que le tenía apartado del equipo, tuvo que trabajar ayer bajo un auténtico diluvio que cayó durante las casi dos horas que duró el ejercicio dirigido por Angel Marcos. La sesión, en un campo de tierra, en medio de una laguna y junto a las vías del tren, parece otorgar mayor épica a un equipo que está consiguiendo un auténtico récord. Sin embargo el técnico se queja lo justo ya que, "aunque las condiciones no son las mejores, los chavales lo aceptan como parte del reto y se parten la cara. Mira, cosas como estas son las que nos hacer fuertes". Y es que el Nuevo Estadio no está para demasiadas florituras y hay que buscar alternativas. Además, viendo trabajar a los segedanos, sin porterías y en un campo de unos 60 metros cerrado a base de chinos de plástico, cobra valor la frase de su técnico: "Esta plantilla merecen un monumento. Son unos fenómenos".