El Díter Zafra, un histórico del fútbol regional con 87 años de vida, ya no tiene esperanzas y enfila su desaparición definitiva. El último clavo ardiendo al que se aferró, en forma de la llegada de un supuesto grupo de inversores, fue un puro espejismo. Salvo milagro, en el que ya no cree nadie, el club segedano disputó el pasado domingo en Sierra de Fuentes el último partido de su trayectoria, de luces y sombras pero siempre como un clásico que llegó a liderar el fútbol extremeño con sus presencias reiteradas en la Segunda División B.

«Lamentablemente teníamos un enfermo grave y murió. El partido del domingo fue el último del equipo gracias a todos. Volveremos», se podía leer a las 21.15 horas de anoche en el perfil oficial de Twitter de la entidad. Era la defunción definitiva de un Díter sin directiva, agonizante en los días anteriores con apenas 10 jugadores y con las suficientes deudas como para no poder continuar su trayectoria en el grupo XIV de Tercera División. El partido del domingo ante el Arroyo no se jugará, a menos que haya un cambio rotundo, descartado por todas las partes anoche.

El domingo se abrió una luz a la esperanza, cuando un par de personas se presentaron en el Amanecer-Díter y prometieron, al menos, estudiar la situación y tratar de dar continuidad al proyecto. Ello generó esa expectativa en el mismo terreno de juego del San Isidro, que finalmente no se concretó ayer después de un largo día de reuniones con empresarios locales y el ayuntamiento en la propia localidad segedana. Finalmente no hubo acuerdo, según las fuentes consultadas por este diario, porque el grupo supuestamente inversor, que desde el primer momento pidió anonimato, no estaba dispuesto a adelantar el dinero de la deuda.

Allí se reunieron con el presidente del Díter, José Dolores García (imagen que reproduce hoy este periódico), los capitanes y los propios futbolistas. Ello generó una expectativa que finalmente quedó en agua de borrajas.

La situación se había tornado insostenible. La deuda global del club podía rondar los 25.000 euros, circunstancia que hizo que en la asamblea del pasado viernes se anunciara la muerte. En ello también pesaban dinero de sanciones, denuncias de técnicos y deudas, incluidos presidentes de anteriores juntas directivas. Todo ello hizo que la situación fuera finalmente irreversible, generando una «impotencia» final absoluta. El capitán, Alonso Durán, dijo anoche a este diario que lo habían intentado hasta última hora. «No teníamos nada y había que escucharles, al menos». Minutos después se confirmaba la pésima noticia.

Ahora, la competición tendrá que seguir sin el Díter. Los partidos de la primera vuelta se contabilizarán con los resultados que se habían registrado, y los de la segunda con el coeficiente de goles entre encajados y anotados, de tal manera que todos los encuentros que resten tendrán un 2-0 para los rivales.

Mientras tanto, los futbolistas del Díter que aún no habían abandonado la entidad antes de que la situación fuera límite tendrán un periodo de tiempo mayor que el estipulado por la Federación (seis de la tarde de hoy) para encontrar acomodo en otros clubs para terminar así la temporada. Así lo confirmó la propia territorial, algo que agradeció Víctor Aguinaco, uno de los pesos pesados del vestuario y que pasará a la historia por ser el autor de los dos últimos tantos del club segedano.

Se romperán así 87 años de trayectoria para un club que en Extremadura tiene otros precedentes, como Mérida, Extremadura, Cerro de Reyes, Sporting Villanueva y Badajoz.