Hay quien dice que en los divorcios, todo el mundo sale perdiendo... menos los abogados de las dos partes. Ese parece ser el caso del matrimonio entre Cáceres 2016 y Xavi Forcada, roto el pasado verano. El próximo domingo se reencontrarán, ya que los extremeños, sin apenas tiempo de saborear su victoria del miércoles frente al Isla de Tenerife (96-88), visitarán al nuevo equipo del alero catalán, un Breogán de Lugo en crisis.

Cáceres y Forcada se conocieron al arrancar la temporada 2009-10. Con la vitola de joven en progresión, los primeros meses del jugador fueron más bien oscuros. Ni Piti Hurtado ni Gustavo Aranzana --con quien había tenido una relación difícil en categorías inferiores de la selección española-- le dieron demasiados minutos. Todo cambió en la recta final de la temporada regular, con la lesión de Dedas. Creció en su rendimiento, cogió un protagonismo evidente y se convirtió probablemente en el mejor jugador del equipo en esos últimos partidos y en el playoff ante Burgos.

Conflicto económico

Parecía que la relación iba viento en popa... hasta que hubo que hablar de dinero. El contrato que unía a ambas partes era bajo y los agentes exigieron una apreciable subida para renovarlo. "Ya no tiene mucho sentido hablarlo. Las negociaciones fueron las que fueron y pasó lo que pasó. Al Cáceres parece que le va bien y a mí no tanto. Se ha tergiversado mucho, porque no pedía tanto dinero", cuenta Forcada desde Lugo. La contraoferta del Cáceres, que incluía una ampliación por varias temporadas, fue insuficiente y se rompieron las negociaciones.

Al final pudo conseguir un puesto en el Breogán, donde está pasando inadvertido. 16 minutos, 5 puntos, 2 rebotes, 1,4 asistencias y un 0/9 en triples son sus estadísticas. Es el cuarto alero en tiempo en pista, algo que no esperaba ("todos queremos jugar todos los minutos. Lo único que me queda es trabajar"). El equipo gallego, llamado al playoff , lleva seis derrotas consecutivas (2-7 global).

En el Cáceres 2016 los resultados son mucho mejores (7-2), pero también tiene motivos para echar de menos a su exjugador. Quien ocupó su puesto en la escala salarial de los aleros, Pablo Movilla, todavía no ha explotado y su aportación resulta también irrelevante. Y es que hay decisiones que es mejor pensárselas mucho antes de tomarlas. "En Cáceres estaba muy contento, el mejor sitio donde he jugado en mi vida. Aquí está siendo difícil. El partido del domingo nos llega en un mal momento y ante un equipo que es aspirante a subir", relata Forcada.