El Abierto de Australia llega caliente a su segunda semana. Los grandes no fallan y se presentan unos días de emoción. Novak Djokovic, exnúmero 1 del mundo y seis veces ganador en este primer Grand Slam del año, no tuvo más problema que superar unas molestias en la parte baja de la espalda (que requirieron la atención del fisio al inicio del segundo set) antes de apartar de su camino al mataronés Albert Ramos, que sucumbió en tres sets (6-2, 6-3 y 6-3) en menos de una hora y media, y acceder a los octavos de final.

Una ronda en la que también entró, sin ceder ningún set en los tres partidos que ha disputado hasta el momento, Roger Federer. El suizo eliminó en tres mangas al francés Richard Gasquet (6-2, 7-5 y 6-4) para meterse en los octavos de final por 16ª vez. A sus 36 años, Federer persigue su 20º título de Grand Slam y ya suma 90 victorias en Melbourne Park, donde ha ganado en cinco ocasiones, la última de ellas el año pasado en una disputada final a cinco sets ante Rafael Nadal.

UNA RIVALIDAD SANA / La rivalidad entre los dos hombres que han mandado en el tenis mundial en la última década sigue a distancia en Australia. Con su victoria, Federer obliga a Nadal a meterse en los cuartos de final para asegurarse seguir siendo número 1 del mundo. El enigma se habrá resuelto esta pasada madrugada, cuando el mallorquín afrontaba la oposición del argentino Diego Schwartzman. También tenían programados sus partidos de octavos los otros dos españoles supervivientes: el asturiano Pablo Carreño ante el croata Marin Cilic y la canaria Carla Suárez frente a la estonia Anett Kontaveit. El torneo femenino estuvo ayer a punto de quedarse sin su máxima favorita, la rumana Simona Halep, que tuvo que salvar tres puntos de partido y superar unas molestias en el tobillo antes de deshacerse de la estadounidense Lauren Davis.