La compra del Cacereño, destapada ayer por EL PERIODICO, tendrá confirmación de facto en breve. Dos condicionantes personales de los principales protagonistas de la operación han impedido que todo vea la luz.

En los próximos días habrá escenificación conjunta del comprador (el empresario segedano Antonio Martínez Doblas) y el vendedor (Félix Campo), en el estadio Príncipe Felipe, instalaciones en las que ya se nota el cambio de jefe . Si no lo han hecho ya es porque Martínez Doblas acaba de ser padre por tercera vez en Sevilla y porque Campo lleva un par de días en su domicilio de Salamanca en cama, aquejado de una enfermedad. La foto conjunta pondrá fin a una negociación cerrada precisamente en Sevilla el fin de semana.

La confirmación de la noticia ha despertado un enorme interés en los círculos futbolísticos de la ciudad, pero también en toda la comunidad autónoma, donde se ha acogido con expectación el desembarco de un conocido empresario en el histórico club que, además, es vicepresidente de la Federación Extremeña de Fútbol.

Además, los aficionados más fieles del club expresaron su satisfacción a través de la web de este periódico, mediante la cual convocaron incluso una fiesta de celebración.

Las dos partes quieren ser discretas y no pronunciarse detalladamente sobre la operación, de momento, aunque la cifra de traspaso se acerca a los tres millones de euros.

Angel Marcos, el que será director general, también pide un poco de paciencia. "Ni siquiera he arreglado yo lo mío", subraya. "Tenemos que ver algunas cosas con Antonio", añade, asegurando que haya ya entrenador para el equipo. "Tengo que hablar con él, pero es que todavía no está decidido", declaró ayer por la tarde tras mostrar su satisfacción por la confirmación de la operación de venta.

Tras el no de Manolo Sánchez Delgado, hay un largo rosario de clásicos que ya antes de la venta podían entrenar al Cacereño: Rafa Rincón Rus, José Antonio Vázquez Bermejo, Abel Camacho e incluso Aitor Bidaurrázaga, que acaba de ascender con el Ciudad de Plasencia a Tercera, aunque la del exjugador vasco --que estuvo a las órdenes de Marcos-- parece, en principio, una opción más a medio plazo.

DOS EN UNO Marcos asumirá una serie de tareas que, hasta ahora, desempeñaban dos personas: la dirección general, últimamente ceñido a lo puramente burocrático (José Ignacio Aguinaga ya dijo que su vinculación con el club acababa cuando se marchara Campo) y la dirección deportiva que llevaba Pedro Rossi y que tampoco seguirá.

Marcos elegirá entrenador y hará el equipo, parte del cual está ya apalabrado . De la actual plantilla se quedarán varios, entre ellos los delanteros Toni y Sergio. Rai será uno de los pilares para intentar, ya desde el primer año, el objetivo marcado: jugar la fase de ascenso, cuando menos, y luchar por subir.